jueves, mayo 11, 2006

¿El fin de la Juve?


La Juve se resquebraja. El primer equipo de Italia y segundo de Turín hace aguas. Su director general y ‘factotum’, Luciano Moggi, está siendo investigado por su intervención directa en las designaciones arbitrales, tanto italianas como europeas, y podría ser acusado de haber intervenido decidiendo ilegalmente partidos. Su presidente, Antonio Giraudo, lo está siendo por presunto fraude contable. Cinco de sus jugadores están bajo sospecha de haber invertido dinero en apuestas fraudulentas en Italia y el extranjero. El presidente y vicepresidente de la Federación italiana han dimitido ante el escándalo, al igual que los responsables arbitrales, mientras varios colegiados son interrogados por la fiscalía, entre ellos Massimo de Santis, árbitro designado para el Mundial. El Consejo de Administración de la Juve acaba de dimitir en pleno hace unos minutos. La amenaza directa es que la Juve pierda aquellos títulos nacionales de los períodos investigados y descienda a Segunda B.


Tras su dimisión, el consejo de administración de la ‘vecchia signora’ acaba de convocar asamblea ordinaria para el 30 de junio, mientras Fabio Capello negocia ya su marcha al Inter y una jauría de intermediarios empiezan a proponer nombres de jugadores dispuestos a salir corriendo. En ese ambiente, la Juve se juega el domingo el ‘scudetto’ contra la Reggina en Bari (por sanción del equipo local). Una nueva revelación de hace pocos minutos indica que Moggi presionó al seleccionador nacional, Marcello Lippi, para que convocara jugadores representados por la empresa de su hijo, en detrimento de otros (quizás así se entienda lo de Maresca, por ejemplo).


La crisis de la Juve es también la del calcio, que esta temporada habrá batido su récord negativo de espectadores: apenas 22.165 de promedio, cuando hace veinte años superaba los 40.000. Y cada temporada desciende el número, quedando ya lejos de España e Inglaterra y muy lejos de Alemania (35.000 de promedio), apenas superando los veinte mil de Francia. La Juve es, en este aspecto, un gran derrotado. El imponente estadio Delle Alpi (67.229 espectadores de capacidad) apenas se llena. Ha habido partidos de Champions con menos de diez mil espectadores presentes (9.623 frente al Brujas), lo que provoca que mientras el Manchester United logra 92,4 millones de euros de ingresos por entradas (y el Madrid 62, por 58 del Barça), la Juve se queda en unos pobres 24 millones.

La Juve ha mostrado hasta la fecha buenas finanzas, pero lo son gracias a un contrato de esponsorización con la petrolera Tamoil (24 millones anuales) que provocó muchas suspicacias debido a relaciones nunca certificadas con el régimen libio de Muhammar El Gaddafi. El club vive de un fantástico contrato de derechos de televisión (Sky TV paga 90 millones), pero la asistencia de público es un fracaso absoluto. Las estadísticas de la liguilla de Champions son escalofriantes: mientras el Bayern obtuvo un lleno absoluto en su aforo en los tres partidos disputados en Munich; el Liverpool un 93,6 %; el Arsenal un 90,9 %; el Madrid un 86,9 %; el Chelsea un 84,7 %; el Barça un 69,6 %; y el Milan un 45,8 %; la Juventus se quedó en un ridículo 18,3 % de asistencia de público.


La Juve se desmorona y ahí hay muchas lecciones que extraer.



Fotos: Los jugadores italianos de la Juve y Milan, en la última campaña publicitaria de Dolce & Gabbana. Luciano Moggi, director general de la Juve, con policías.