jueves, mayo 18, 2006

Diez notas de una noche memorable

Música | Daylight
# Drive By-Truckers




1.- Un equipo grande tiene que vestirse por los pies. En un equipo grande, su portero sólo interviene tres o cuatro veces por partido, pero en esas ocasiones debe ser infalible. El portero de un equipo grande no gana los partidos, pero evita que se pierdan. Valdés ha tenido algunas pifias esta temporada, pero ha salvado muchos partidos en pocas intervenciones. Esta semana juró que había soñado que le ganaba un mano a mano a Henry, pero se equivocó: le ganó dos y de los trascendentales.

2.- A Thierry Henry le basta un balón, un quiebro de cintura, mirada al horizonte y sus pies de bailarín para desballestar a uno de los mejores tándems defensivos de Europa. Puyol y Márquez han sudado más que contra Drogba, Crespo, Shevchenko e Inzaghi juntos. Cada balón que toca Henry provoca escalofríos en el rival. ¿Qué haría en este Barça?

3.- La entrada de Van Bommel en el equipo no parecia buena idea y no lo fue, aunque al jugar contra diez nunca se sabrá con seguridad si el holandés hubiese aportado esas virtudes que se pretendían: “La entrada de Van Bommel es para aportar llegada desde la segunda línea y más potencia”, ha dicho Eusebio antes del partido para justificar la operación. Pero ni llegada, ni potencia, ni frenazo a los corredores del Arsenal. Pudo ser una buena idea, pero no lo pareció.

4.- Pero Rijkaard leyó a la perfección lo que vendría después. Con un gol en contra y un hombre más había que cambiar el libreto. Excelente manejo del ritmo del partido por parte del entrenador, que ha sumado fuerzas ‘in crescendo’ y donde hacía falta. Iniesta para mover con paciencia y dar el pase decisivo; Larsson para desubicar la defensa estática pero monolítica del rival; Belletti para darle aire a un equipo que se iba cansando. Fiel a su estilo, Rijkaard ha acabado con cuatro delanteros, dispuesto a ganar en la prórroga si hacía falta. Con su alineación final, Wenger jamás habría podido triunfar en la prórroga.

5.- Fantástico sistema defensivo del Arsenal. Impecable y solidario. Este equipo juega al fútbol asociación, entendido como un deporte colectivo más el talento de Henry. Sus centrocampistas (Gilberto, Cesc, Hleb, Ljungberg) se han fajado en unas condiciones durísimas. Pero Wenger ha jugado con fuego, creyendo que resistiría al séptimo de caballería. SI hubiese metido a Reyes o Van Persie por Hleb o Ljunberg a falta de veinticinco minutos, podía haber apuntillado.

6.- Para que nadie vea ventajismo copio lo escrito en el descanso: “A los culés: olvidaros de las injusticias. El árbitro se ha equivocado gravemente, de acuerdo. Pero el partido hay que ganarlo”. Esto debe hacer de una vez por siempre jamás el barcelonismo: olvidarse de los arbitrajes. El noruego se equivocó gravemente no concediendo el gol de Giuly (y cualquiera hubiera preferido el gol y mantener a Lehmann en el campo), pero fue un error y punto. No se puede triunfar desde la sensación permanente de injusticia. El equipo, desde luego, lo olvidó pronto y se puso a jugar. Pero hay que dar un paso más y deshacerse definitivamente del victimismo. Se equivocó el árbitro en el gol no concedido y en la falta de Puyol que no fue, pero también se equivocó gravemente Oleguer regalando el cabezazo de Campbell. Y quizás también el linier no señalando un posible fuera de juego de Etoo en su gol (mirad el vídeo: minuto 3'05"). Todos ellos se equivocaron, como hacen todos los futbolistas y árbitros cien veces por semana. Como todos nosotros. Dejemos enterrados por siempre más los agravios ahora que la historia ha girado por fin.

7.- Ha contado Etoo que en el descanso, el vestuario del Barça se encomendó al ‘espíritu del Liverpool’. Buena metáfora. Frente a la solidaridad corpórea del Arsenal, el Barça enarboló el desafío de la remontada paciente. Cuando regresaron al césped llovía a mares, pero nadie pareció darse por enterado. El deportivo parisino “L’Equipe” lo explica así: “El Barça ha necesitado mucha fuerza mental aparte de su habitual destreza...”. Esta Copa se ganó desde el estado de ánimo.

8.- Todos temíamos el ‘sandwich’ que Eboué y Hleb le habían preparado a Ronaldinho, al que dábamos por inutilizado. Rijkaard encontró la solución sacrificándole como delantero centro (empaquetado entre Touré, Campbell, Gilberto y Hleb). A cambio, Etoo se enfrentó siempre cara a cara con el gran Eboué, al que enloqueció. La propia web del Arsenal habla así de su jugador: “A menudo sublime, a veces ridículo”. Pero ni las genialidades de Etoo ni la efervescencia de Giuly habrían sido posibles sin el sacrificio de Ronaldinho.

9.- Contra el Chelsea fue Messi (por cierto, ¿alguien le vio anoche en la celebración?); frente al Benfica, Iniesta; ante el Milan, Puyol, Márquez y Edmilson. Casi siempre Valdés. Otras noches, Giuly o Larsson. Este equipo es bastante más que Ronaldinho y Etoo. Es un colectivo bien dirigido y con espíritu de conjunto. Posiblemente, las virtudes más preciosas en el fútbol moderno. Este Barça ha madurado. Se ha hecho mayor.

10.- El 19 de abril, Elías Israel escribió: “El planeta fútbol se rinde al mejor equipo de Europa. Pero aún quedan dos pasos para saber si también es el campeón”. Ya lo es. Ahora toca celebración, pero mañana el taxímetro se pondrá a cero y hay que empezar otra vez. Hay que dar bajas, algunas dolorosas, y fichar refuerzos con sentido. Este equipo está llamando a las puertas de la leyenda, pero debe mejorar. Permítanme el aforismo propio: Quien no se renueva durante el triunfo está condenado a la decadencia.




Vídeo: Cuatro minutos que cambiaron una final (gentileza de Fútbol Arte):



Referencias

- L'Equipe sobre la fuerza mental
- El Arsenal sobre Eboué
- Elías sobre el futuro campeón
- La versión de Henry

Fotos: EFE, AFP y AP.