
Han llegado Cannavaro, Emerson y Van Nistelrooy y llegará uno más. Se van Gravesen, Diogo, Helguera, Pablo García, Juanfran, Portillo, Borja, Rubén y quizás algún otro (aparte Soldado). Y se quedan Roberto Carlos, Salgado, Pavón y Raúl Bravo, jugadores que hace un mes acaparaban la unanimidad del aficionado madridista, pero que acaban de ser indultados por Capello para su posterior reciclaje. ¿Qué ha pasado? ¿Qué fue de aquella ‘limpieza de establos’ absolutamente imprescindible?
No extraigamos todavía excesivas conclusiones, pero sí anotemos algunos detalles:
1.- El ‘núcleo duro’ del vestuario que ha fracasado en los últimos tres años sigue en pie y con mando en plaza
2.- Capello se ha ‘reblandecido’ ante las dificultades de limpiar el vestuario, aunque quizás sea una muestra de ‘inteligencia adaptativa’: si no puede hacer el equipo que quiere, hará el que puede y con el tiempo lo modelará a su gusto
3.- Cuesta mucho más limpiar un vestuario de lo que se cree. Es más fácil fichar que colocar jugadores con sueldos millonarios (ver caso Saviola)
4.- Crece la posibilidad de que Diarra llegue al Bernabéu. Nadie imagina al Olympique de Lyon soltando simultáneamente a dos de sus excelentes jugadores (Abidal y Diarra), así que la permanencia de Roberto Carlos puede interpretarse como la renuncia a fichar a Abidal para priorizar la llegada de Diarra

P. D. 1: Mourinho le ha quitado el dorsal número 13 a William Gallas, que sigue sin aparecer por la concentración del Chelsea en Estados Unidos, y se lo ha dado a Michael Ballack. Es la vieja táctica que emplean los jugadores de ‘tensar la cuerda’ para forzar su traspaso a otro club que les pague más. El objetivo de Gallas es fichar por el Milan. Fabián Ayala le está haciendo algo parecido al Valencia para poder irse al Villarreal; Cristiano Ronaldo se lo aplica al Manchester y Camoranesi a la Juve. Descarnada realidad.

Fotos: AFP - Real Madrid.com.