miércoles, agosto 23, 2006
El reto que lanza Laporta
En sus primeras declaraciones como ‘nuevo’ presidente, Joan Laporta ha olvidado que la campaña electoral había terminado (de hecho, ni empezó) y ha lanzado una de esas proclamas que tanto gustan a los aficionados y tan poco a los entrenadores: “El Barça –ha dicho- tiene posibilidades reales de ganar los 7 títulos (incluyendo la muy poco relevante Copa Catalunya) y eso es un reto para los jugadores, para los técnicos...”. Una vez más se advierte el abismo de sensatez que separa a Laporta de Rijkaard. Mientras el entrenador se esfuerza en templar ánimos (incluidos los del infantil Eto’o) para “mantener la filosofía” de humildad y sobriedad que tantos éxitos ha reportado, el presidente juega a excitar los mismos ánimos.
Pienso que Laporta se equivoca con este planteamiento, aunque comprendo su sentimiento. Es indiscutible que el Barça posee una plantilla demoledora, de la que surgen dos auténticos equipazos. Y un esquema de juego espléndido, una ‘máquina’ como la están definiendo sus propios rivales. Pero precisamente por lo fabuloso del mecanismo no conviene exagerar los desafíos. Ningún aficionado sensato exige los seis títulos esta temporada. Ya es mucho poder pelear por ellos. Cualquier barcelonista desea que gane cuantos más, mejor. Pero es consciente de las dificultades que surgirán: desde el Sevilla férreo que se anuncia en breve hasta el Chelsea del colmillo afilado, pasando por las desgracias propias, los errores, los malos días, quizás un Madrid más peligroso de lo que ahora parece, quizás un tropiezo inesperado en una noche desafortunada (¿o acaso se ha olvidado el 4-2 de Zaragoza en la Copa?).
Escribí hace unos días que “sólo los aficionados más fanáticos exigirán esos seis títulos que enarbolan los periódicos”. Bien, ya no son sólo algunos periódicos, sino el propio presidente del Barça quien enarbola esa bandera poco razonable. Esta misma mañana, Xavier Bosch ha escrito en “El Mundo Deportivo” un excelente artículo con el que coincido plenamente cuya tesis es la misma: es mucho mejor celebrar cada título que se consigue que lamentar los que se pierdan de entre los prometidos. Es mejor sumar que descontar. Es más cabal hacer balance glorioso a final de temporada que ir deshojando la margarita desde el primer día. ¿Será un fracaso si el Barça sólo gana cinco títulos? ¿O cuatro, pero pierde Liga y Champions? ¿O si gana tres como la fabulosa temporada pasada?
El verdadero reto del Barça de Rijkaard no es conquistar esos seis (o siete) títulos, aunque si lo consigue sea fantástico. Su reto es repetir el maravilloso botín del año pasado, algo que no habrá estado al alcance prácticamente de nadie más. Conseguir una segunda Champions consecutiva y no digamos una tercera Liga seguida. Ampliar su ventaja moral sobre los rivales. Enamorar incluso a los aficionados contrarios con ese juego espléndido. Y si logra más triunfos, bienvenidos sean. Pero esa exigencia apriorística es un error. Comprensible en un aficionado, pero reprobable en un presidente.
Referencias
- A por los 7 títulos
- Mejor sumar que descontar
- El primer título de la temporada
Fotos: EFE - AP - El Periódico.com.