Es probable que Ramón Calderón tuviera razón al quejarse del ‘negocio’ que hacía el Madrid al traspasar a Jurado a su máximo rival ciudadano. Habría sido más interesante una cesión que el puro traspaso. Lo que ha hecho el Manchester con Piqué o el propio Madrid con Soldado. Pero que su director deportivo se haya equivocado en una gestión no debió llevarle a su radical desautorización pública... a menos que precisamente haya buscado que se produzca una ruptura traumática.
Ni siquiera me parece relevante que entre los compromisos de Calderón como candidato, pero también como presidente, figurase el respeto absoluto a las decisiones que adoptaran el director deportivo y el entrenador. Calderón ha defendido tantas veces una cosa y su contraria en los últimos dos meses que ya ha demostrado que la fiabilidad de su palabra no es elevada. No es, por tanto, esa contradicción lo importante, sino la fractura que provoca en la línea deportiva emprendida. La desautorización de Mijatovic, el ridículo en que sitúa al hombre que negocia los fichajes, la desconfianza general hacia el proyecto. Calderón se quejó, con razón, de que la muy manipuladora Junta Electoral del Madrid perjudicaba gravemente a la entidad al tildarle de ‘presidente provisional’. Pero él acaba de hacer algo peor con Mijatovic: le ha nombrado ‘ministro sin cartera’.
Quizás Mijatovic haya cometido varios errores en pocas semanas. Se le atribuye lentitud exasperante en los fichajes de Reyes y Diarra y hasta cuatro modelos distintos para soltar a cuatro jugadores de la cantera. Pero Calderón ha cometido un error cien veces más grave: despreciar a su director deportivo, romper la columna vertebral de su filosofía, dejar sin poderes a quienes deben ejercerlo. Ahora mismo ya no se trata de las demagógicas soflamas de algunos panfletos barceloneses, ni de las airadas quejas del Milan por lo de Kaká o de lo que pueda pensar el Atlético de Madrid, que ya no sabe si cuenta con Jurado o no; o incluso Depor, Osasuna y Nàstic, destinos no desmentidos de Arbeloa, Soldado y Portillo. Ahora no ha sido nadie ajeno al club, sino el propio Calderón quien ha descolgado el rifle, ha apuntado con precisión milimétrica y se ha disparado en el dedo gordo de su pie derecho. Sin que nadie se lo pidiera.Referencias
- La nota del Madrid
- La nota del Atleti
P. D. 1: Durante el fin de semana leí con mucho interés la argumentación que Mijatovic hizo en la página web del Madrid sobre el traspaso de Jurado. Era una larga e intensiva justificación de las causas por las que había tomado esa decisión. Las declaraciones habían desaparecido anoche de la web.
Fotos: EFE - Real Madrid.com.
