martes, septiembre 28, 2010

Alarma: les están clonando

Durante el fin de semana hice un ejercicio que consistió en analizar cuatro partidos del Barça en diferentes categorías: los mayores en Bilbao frente al Athletic (1-3); el B en casa ganando por la mínima al Numancia; el Juvenil A vapuleando al Manlleu (6-0); y el Infantil B venciendo (3-0) al Cornellà. Resultados al margen, el análisis se hace concluyente: todos juegan igual. Cambian los jugadores, su mayor o menor talento, la superioridad o no respecto del rival o la categoría, pero hay un hilo conductor insobornable: el mismo estilo de juego. Todos con un 4-3-3 de base, pero flexible a lo largo de los partidos; todos con la intención rotunda de ir a por la victoria a partir de la posesión del balón; todos con la triangulación y el toque rápido como factor diferencial, sacando el balón jugado desde la defensa, intentando evitar los pelotazos largos, extremos abiertos en las bandas, delanteros nada estáticos y muy presionantes.

Si no entras en detalles puntuales uno se queda con la sensación que ha visto el mismo partido cuatro veces pero jugado por actores de edades distintas. Niños, adolescentes y adultos interpretando una sinfonía única, tocando idénticos instrumentos y la misma partitura. Claro, unos con mayor destreza que otros, pero todos en la misma dirección. Con la misma disposición sobre el tablero, la misma intención táctica, idénticos movimientos posicionales pero piezas, lógicamente, diferentes en edad, tamaño y talento. No debe ser cierto, pero uno acaba creyendo que a las puertas de la Ciudad Deportiva hay un libro gordo donde están escritos los mandamientos de este tipo de fútbol y que cuantos se visten la camiseta blaugrana están obligados (y convencidos) a respetarlos y cumplirlos.

Pondré algunos ejemplos. No está Messi en Bilbao, pero en el Juvenil se alinea Rafa Alcántara como falso delantero centro porque los titulares (Etock o Icardi) están lesionados. ¿Y qué ocurre? Que la defensa del Manlleu se resquebraja y desordena como cuando Messi o Iniesta cumplen ese papel que desorienta al que cree que va a defender a un delantero estático. Cambias de partido y ves a Marc Bartra batir todas las líneas con una diagonal milimétrica a Nolito para que este haga diabluras entrando por banda izquierda. ¿Eran Bartra-Nolito o acaso fueron Piqué-Pedrito? Miras a los infantiles y Aleñá tira una diagonal culminada en disparo a gol que firmaría Iniesta. Ves a Espinosa en los juveniles calcar los movimientos de Sergi Roberto con el B; a Oriol Rosell sacar el balón como Piqué y al infantil Nelson Mandela imitar a ambos; a Jonathan Soriano presionar de forma oscura como Villa, exactamente igual que hace Ernesto Cornejo con los juveniles... Alarma: les están clonando.

- Publicado en Sport (28-IX-2010)

lunes, septiembre 27, 2010

Tiempos líquidos, recetas antiguas

Cierto: miras un río y jamás ves pasar dos veces el mismo río. Te miras en el espejo y nunca eres la misma persona. Algo similar ocurre en el fútbol, donde todo evoluciona, aunque con tanto ruido ambiental a veces nos quedemos mirando los fuegos artificiales sin percatarnos de ese cambio veloz. Vivimos tiempos líquidos, como acuñara Zygmunt Bauman, en los que nada es lo que parece, y se han derrumbado no solo los principios más sólidos, sino incluso los tópicos más arraigados. Aún hay quien se agarra a esos tópicos, probablemente por pereza intelectual y rechazo al cambio, sin percatarse de que pertenecen a un pasado caducado. Tiempos líquidos donde los valores ya no son sólidos, sino volubles, y en los que para tener éxito hay que desaprender lo aprendido. como diría Punset. Partir de cero a diario, reinventarse sin cesar, olvidarse de lo sabido, construir nuevas realidades sin detenerse a saborear el éxito.

En este contexto, ¿cabe seguir aplicando viejas recetas futbolísticas? Pienso que no, que los tiempos han evolucionado demasiado como para continuar tirando del recetario de la abuela. Casi todos los entrenadores hacen evolucionar sus ideas y movimientos tácticos y lo que ayer fue novedad hoy ya es rancio. En esta materia, Guardiola aparenta ser un científico avanzado, un entusiasta de la I+D+i que experimenta a diario, con su magnífico material humano, recetas novedosas y cambios posicionales insospechados: un mediocentro incrustado entre los centrales; un volante zurdo ubicado en la derecha a pierna cambiada; delanteros que no están, sino que aparecen; laterales que semejan extremos; un portero que juega casi siempre con el pie... El fútbol es el deporte de toda la vida, pero se juega de un modo que nunca antes conocimos.

Quienes lo vivimos desde fuera del césped pecamos de analizarlo con los mismos ojos tradicionales, cuando deberíamos renovar nuestra visión y compartir esa realidad líquida. Ya no sirve el tópico de empezar a construir un equipo por la defensa y necesitar meses para levantar el edificio; tampoco esa historia de que los partidos se juegan también en las ruedas de prensa: el fútbol actual es instantáneo, voluble, fútil y está compuesto por pompas de jabón que nacen y mueren en 90 minutos, tras los cuales hay que inventarse de nuevo. Para ello se necesita comprender tal fenómeno y, después, que haya entrenadores rápidos e innovadores; futbolistas inteligentes y moldeables a las nuevas situaciones; aficionados flexibles, capaces de comprender en qué mundo vivimos, y periodistas interesados en adaptarse a la nueva realidad.

En este sentido, veo al Barça y al Madrid transitando por dos mundos diferentes. Les separa un solo punto, pero un abismo conceptual: uno convive con la flexibilidad de la era digital; el otro parece querer construirse con ladrillos antiguos.

sábado, septiembre 25, 2010

Hay fútbol pese a las ruedas de prensa

Por los síntomas podría parecer que el fútbol ha dejado de jugarse con los pies y ahora se practica con la boca y las palabras. Que los terrenos de juego ya no son verdes céspedes (o marrones patatales), sino salas de prensa pulcramente desinfectadas. Da toda la impresión que el envoltorio ha hecho desaparecer el bocadillo, en expresión juanmalillesca. Y, sin embargo, el fútbol-fútbol, el verdadero, el que no se juega en ruedas de prensa, ni en tertulias low cost, está mostrando facetas relevantes, de alto interés para el aficionado. Me resisto a creer –aunque quizás no soy más que un iluso irremediable- que el aficionado siente más pasión por los movimientos tácticos de Guardiola o las dificultades del engarce madridista; por la fiabilidad de la maquinaria del Villarreal y la torpeza del Sevilla, que por tanta cháchara y palabrería que nos amenaza: parece que los periodistas pretendemos ser más importantes que los futbolistas. Hombre, hasta aquí podríamos llegar en nuestra soberbia.

Así que anotemos algunos detalles ya significativos para apenas cuatro jornadas: el primero, ese 3-5-2 que presentó el Barça en el Calderón, pero también el Barça B frente al Elche, con los dos laterales convertidos en carrileros de 80 metros: abajo para defender, al centro para apoyar, arriba para atacar. Una buena idea táctica que situó de modo permanente a Busquets (y Fontàs) como verdadero tercer central y dibujó un doble pivote en centro del campo, pero no el clásico de dos guerreros, sino el formado por Xavi-Iniesta (y Jonathan-Sergi Roberto), una delicia en la reinvención de los movimientos futbolísticos.

El segundo detalle de relieve me parece esa fractura voluntaria que por el momento está planificando Mourinho en el Madrid, con seis hombres siempre por detrás del balón y tres en el frente de ataque con voluntad de realizar siempre jugada individual mientras Özil se convierte en el pegamento que trata de unir ambas mitades. Propio de un equipo a medio hacer, tiene la ventaja de aprovechar la gran pegada y velocidad de los tres delanteros a cambio de un desgaste físico al que Özil no está acostumbrando y de apostar por el juego directo, lo que casa bien con las características del equipo pero le quita pausa y control al equipo. Esta es una ecuación peligrosa que Mourinho deberá resolver en Europa.

El tercer detalle táctico es que Villa funciona mejor de 11 que de 9, lo que ya conocíamos de la selección. Cuando Messi se alinea como delantero centro (aunque sea falso 9) realiza sus famosos ‘aclarados’ y abre unos espacios que son oro puro para que Villa (o Bojan si se tercia) penetren desde banda izquierda como cuchillo en mantequilla. Y dicho esto, perdonen que les haya hablado de fútbol.

viernes, septiembre 24, 2010

Van der Gea, el dilema rojiblanco

La eclosión de David de Gea no es de ahora. Ahora ha llegado el ‘boom’ mediático, pero el gran De Gea viene de lejos aunque hablemos de un menor de 20 años. Van der Gea (copyright Aritz Gabilondo) lleva años acumulando actuaciones inverosímiles y aunque no sea lo mismo ser la estrella de una semifinal mundialista con la sub-17 que detenerle un penalti a Diego Milito en la final de la Supercopa continental o frenar a Messi y Villa, sus manoplas prodigiosas y una personalidad sobria pero rotunda suman ya varias temporadas a nivel fuoriclasse. En estos momentos ya no son los técnicos españoles o los aficionados rojiblancos, sino el fútbol europeo en general quien habla en mayúsculas de este chico.

La cuestión clave es saber si el Atlético de Madrid podrá retenerle durante años para que sea su Casillas o preferirá rentabilizar el activo. Le siguen todos los grandes de Europa desde hace tiempo y, a simple vista, su marcha se antoja inevitable por la deuda acumulada (300 millones de euros). El Atleti ha realizado algunas buenas operaciones de venta en los últimos años: 36 millones por Fernando Torres y 14 por Jurado. El joven portero no debería dejar en la caja rojiblanca menos de 30 millones en el supuesto de un traspaso relativamente cercano (2011-2012). En ese caso, el Atleti perdería un puntal, pero sanearía parte de su agujero financiero, y tiene recambios muy potentes para su portería (Joel y el desdichado Asenjo). En la balanza del análisis, una pieza importantísima frente a unas plusvalías fenomenales.

El Manchester United es un destino obvio, por la edad de Van der Sar, pero no lo será menos el Chelsea en breve y ya ni digamos el Arsenal. Sobran candidatos y la gestión institucional será decisiva para rentabilizar el traspaso. Puede ocurrir que el Atleti, por voluntad propia o presión popular, decida cerrarse ante la posibilidad de negociar y retenga al guardameta. En este supuesto estaríamos frente a un excelente decisión deportiva, pero que no extraería ventajas económicas, debiéndose obtener vía Forlán, Reyes o el Kun. Será un dilema para el tándem Cerezo-Gil Marín como también para el guardameta, que se moverá entre la pasión por sus colores y la posibilidad de crecer como futbolista en el campeonato que mayor progresión genera en las jóvenes promesas (Piqué, Cesc, Arteta, Xabi Alonso...). 

La mayoría de quienes han emigrado a la Premier han crecido y son mejores futbolistas. A unos les sirvió para regresar como fenomenales jugadores y consagrarse en la selección; a otros, para ser el gran objeto del deseo de los grandes equipos españoles; a algunos más, para recorrer una excelente carrera profesional. Ha habido pocas excepciones (Reyes, una de ellas) que desmientan la teoría de que la Premier es un magnífico master para el futbolista español. Veremos si De Gea y el Atleti deciden seguir estudiando aquí o subir más peldaños.

jueves, septiembre 23, 2010

¿A qué sabe un gol de Messi?

La pregunta puede sonar muy vacía. ¿A qué sabe algo que no tiene sabor tangible? Pero también puede ser muy rica en matices: ¿acaso un gol no genera emociones intensas, placer o rabia, euforia o desespero, una lluvia de contrastes y pasiones? ¿No es todo ello un compendio de los sabores? Estas preguntas –y alguna más- se las ha hecho Jordi Roca, el menor de los tres hermanos que han colocado su restaurante, el Celler de Can Roca (Girona), en la cúspide de la gastronomía universal, tres estrellas Michelin, cuarto restaurante del ranking mundial.

Jordi Roca sabe plasmar en sus postres sabores y olores inauditos. Desde hace años son afamadas sus interpretaciones del puro habano Cohiba con mojito (“Viaje a la Habana”) o de perfumes exuberantes como el “Carolina” de Carolina Herrera, el "Eternity" de Calvin Klein o el “Extrême” de Bvlgari y tantos otros igualmente excepcionales que componen un rastro único de sabores, olores y sensaciones. 

Y así ha sido que Jordi Roca ha decidido esta temporada explicar a qué sabe un gol de Messi. Tarea fácil o difícil, según se mire. Todos podemos imaginar a qué sabe uno de esos goles simplemente recordando las sensaciones que tuvimos cuando el futbolista argentino remató un balón a las redes. Pero, ¿cómo transformar dichas sensaciones en sabores?



Bien. El postre se sirve dentro de medio balón de cuero de color blanco relleno de hierba sintética y consiste en un zigzag que desemboca en una portería (redonda) protegida por una red de azúcar. ¿Cualquier gol? No, es el gol “maradoniano” que Messi logró ante el Getafe en el Camp Nou (partido de Copa), aquél en que escapó de dos, tres, cuatro, cinco o seis rivales para sentenciar uno de los tantos más bellos de la historia. De este modo, el comensal empieza su recorrido por unos pequeños dulces (que representan defensas) compuestos de merengue azucarado de color azulón (por el Getafe). Se recorre así el teórico césped del Camp Nou por encima de un zigzag plastificado donde está inscrito el acrónimo i+. ¿i+? Sí, en catalán significa “i més”, frase que repetida de modo muy seguido se pronuncia así: “imesimesimesimeimesi...” reproduciendo la fonética del nombre del futbolista argentino.

Es así porque exactamente esta fue la expresión que empleó el legendario Joaquim Mª Puyal durante la transmisión radiofónica de aquél célebre gol. Hasta tal punto se escenifica en Can Roca dicho tanto que el postre viene acompañado por dos altavoces redondos que reproducen la voz de Puyal (quien dio su autorización) cantando el gol en Catalunya Ràdio: “MessiMessiMessiMessi...!!!” grita el maestro mientras el resto de comensales contemplan divertidos y sorprendidos el evento. 

El zigzag concluye en un balón relleno de dulce de leche que debe ser estrellado contra las mallas de azúcar que protegen el auténtico postre. Rotas las redes nos enfrentamos a una mousse apoteósica que el propio autor define así: “Es un fondo euforizante con fruta de la pasión, peta zetas efervescentes, aromas balsámicos, bergamota reconfortante...”. Una combinación dulce, ácida, eufórica, vigorizante. Un placer para los sentidos. Así sabe (o así se lo hemos contado) un gol de Messi interpretado por otro artista.



miércoles, septiembre 22, 2010

El Madrid está cosido por un hilo que sujeta Özil con el dedo meñique

Modelo de juego: Para Mourinho, el punto de partida siempre es su modelo de juego (para más ampliación, ver “Periodización Táctica”). En el caso del Madrid resulta evidente que su ideal de juego se acerca más al que desarrolló con el Chelsea que al que presentó con el Inter del triplete. Sus parámetros fundamentales son:

1.- Organización defensiva rigurosa
2.- Intensidad en la presión
3.- Búsqueda de recuperación y salida combinativa

Respecto del primer punto, el entrenador portugués siempre se ha distinguido por construir una estructura organizativa seria en defensa, muy concentrada, intensa y tácticamente rigurosa, con buenas basculaciones y coberturas y limitando los riesgos (en los corners a favor deja tres defensores contra un rival). No le preocupa de momento la salida de balón jugado desde atrás.

El punto 2 busca mantener la intensidad de presión en distintos grados. No la ejerce en la salida de balón del rival, pero sí a partir del centro del campo, donde Xabi Alonso y su compañero en el doble pivote deben emplearse a fondo en la tarea de secar al contrario. Los delanteros están obligados a apoyar, en especial quienes ocupan las bandas.

El tercer parámetro del modelo de Mourinho pretende recuperar a partir de la presión ejercida, pero en lugar de buscar el contragolpe inmediato quiere construir un juego de mayor asociación, pausa y toque. En este sentido, y pese a comentarios algo superficiales, su objetivo difiere del de Capello y del que ha sido santo y seña del Madrid durante los últimos años. Probablemente es el aspecto donde más dificultades encontrará porque sus jugadores no tienen el chip orientado hacia esa onda.

Esquema de juego: Para alcanzar sus tres objetivos presenta el equipo con un 4-2-3-1 que se convierte en 4-4-2 en fase defensiva al bajar Özil y Di María en apoyo de la línea central y muta en un 4-2-1-3 en fase ofensiva con Özil como enganche.

Para la salida de balón está empleando tres opciones:

- Casillas sacando en largo
- Xabi Alonso entre los centrales
- Carvalho a Marcelo para salir por izquierda

El equipo tiene mucha tendencia a usar la primera opción (Casillas en largo) y la segunda (Xabi desde el inicio), pero Mourinho insiste en emplear la tercera.

Los movimientos en ataque se afrontan dando libertad de posición a los tres delanteros que se intercambian y mueven por todo el frente.

Aciertos: El Madrid está defendiendo bien pues concede pocas ocasiones de peligro aunque el partido frente al Espanyol fuera una excepción respecto de los anteriores: el visitante disparó nueve veces, tres de ellas con opción seria de gol y en varios momentos desordenó la estructura defensiva madridista. Pero, en general, el equipo se ordena con corrección. En mi opinión, que creo minoritaria, cuando Arbeloa ocupa el lateral derecho y Ramos la posición de central la organización es mejor y se minimizan riesgos. Me sirve igualmente Lass en el lugar de Arbeloa. Cuando es Ramos quien ocupa la banda deja mucho espacio a su espalda y obliga a Pepe a realizar coberturas constantes y peligrosas (sus dos tarjetas amarillas llegaron así).

Sin estar en buen forma, Xabi Alonso sigue llevando la manija del equipo. Ahora mismo es un jugador en pretemporada y con escaso entrenamiento en las piernas lo que ha rebajado sus prestaciones, pero el equipo le necesita como eje e inicio de la mayoría de acciones. Su merma está siendo compensada por el excelente nivel que muestra Marcelo, siempre apurado en defensa, pero magnífico en la salida de balón y la búsqueda del juego combinativo.

El equipo mantiene la pegada de los últimos años. Sus delanteros son espléndidos y aunque ninguno de ellos se encuentra en su mejor estado de forma siguen siendo capaces de generar numerosas ocasiones de gol y transformar bastantes de ellas.

Errores: El equipo juega partido en dos: seis hombres por detrás del balón, Özil en medio y tres delanteros buscando la conducción y finalización individual. Özil es un istmo que debe unir dos penínsulas muy distanciadas: la defensiva, compuesta por los cuatro de atrás más un doble pivote que se ancla en el centro del campo; y la ofensiva, formada por tres futbolistas que por autodeterminación se han proclamado repúblicas independientes. Mientras mantiene las fuerzas, Özil se esmera en intentar pegar esas dos mitades, pero no lo está consiguiendo a menudo y las líneas se mantienen muy separadas entre sí.

La intensidad y concentración duran poco. Cuando el equipo presiona de forma unida esa intensidad no dura más allá de tres o cuatro segundos pues enseguida se descuelgan uno o dos de los delanteros. Xabi Alonso y Pepe se desgañitaron el martes pidiendo colaboración a los atacantes, pero no la encontraron: ni para ayudar en la presión de forma prolongada, ni para juntar las líneas.

Mourinho reconoció un tercer error: cuando el equipo recupera un balón no cumple las instrucciones de iniciar con pausa y toque la jugada ofensiva, sino que se precipita ciegamente al ataque. El entrenador argumenta que es así porque los jugadores se sienten presionados por el público del Bernabéu, que les exige jugar al galope tendido, reconociendo una especie de miedo escénico a la inversa. El técnico pretende que tras recuperación, y salvo en contragolpes muy evidentes, el equipo se reordene a partir del juego de combinación y madure la siguiente jugada. Este es un defecto que no será fácil corregir.

Cansancio: La fatiga ha sido argumento reiterado por Mourinho tanto el sábado en San Sebastián como el martes en el Bernabéu. Es cierto que el Madrid ha jugado miércoles-sábado-martes, acumulando dos ciclos cortos de tres días entre partidos y que, además, prácticamente lo han hecho los mismos once titulares al no emplear rotaciones (salvo Lass por Khedira ayer). Esa fatiga ha resultado apreciable en algunos jugadores (Özil, por ejemplo), pero no puede obviarse que la mayoría de equipos españoles la han sufrido con intensidad parecida.

Mejor con Khedira, mejor con 10: Al quedarse con diez hombres por expulsión de Pepe, el Madrid mejoró su dinámica de juego. Aunque optó por introducir jugadores de cariz defensivo sustituyendo a Özil y Di María, el equipo se organizó mejor. En realidad, ese nuevo esquema, con un trivote compuesto por Xabi Alonso, Khedira y Lass, fue un regreso al pasado: con ventaja en el marcador, el Madrid juntó líneas, esperó muy atrás y salió al contragolpe, obteniendo de este modo sus otros dos goles. Fue una decisión acertada y correcta de Mourinho, saldada con excelente resultado, pero al mismo tiempo un incumplimiento de sus propios criterios y una renuncia puntual a alguno de sus objetivos principales. Habrá que esperar para saber si sólo fue una dosis de pragmatismo mientras se va construyendo el edificio o bien el inicio de un desistimiento mayor.

martes, septiembre 21, 2010

La Secta

Touré tardó dos semanas; Maxwell seis meses; Keita un año; Abidal dos temporadas. Es el peaje a pagar para adaptarse a otro estilo de fútbol, el que practica el Barça. En petit comité lo dijo Del Bosque en Madrid, durante la reunión de entrenadores europeos: “El Barça juega a otra cosa”. No dijo mejor, sino diferente. No sé si el Barça juega el mejor fútbol del mundo, entre otras razones porque el concepto “mejor” es totalmente opinable, pero es indiscutible que practica otro tipo de fútbol distinto al de la mayoría de equipos. Y por eso los jugadores que llegan de fuera necesitan un período inevitable de adaptación.

Villa, Adriano y Mascherano están ahora mismo viviendo ese proceso por el que antes pasaron otros muchos con suerte dispar. Los tres nuevos necesitan “desaprender” su fútbol. El vocablo “desaprender” es muy de Eduardo Punset, que lo está popularizando gracias a esa didáctica tan personal que emplea. Significa olvidar lo aprendido, romper moldes, esquemas, tabúes, clichés y rigideces y optar por nuevos conocimientos, con la mente abierta y el espíritu libre. Bien, pues este es exactamente el proceso que vive (o sufre) un futbolista cuando aterriza en el Pep Team: ha de desaprender lo conocido y adentrarse en un terreno ignoto donde nada es lo que parece. Un equipo donde el portero no juega con las manos sino con los pies; los centrales se apostan en las bandas; los laterales forman en el centro del campo; el mediocentro se alinea de central; los delanteros no tienen posición fija pero defienden como el más aguerrido del castillo; los extremos se mueven por dentro para que los carrileros lleguen por fuera; está prohíbido conducir el balón, excepto al mago Iniesta; y es obligatorio no dar más de dos toques y a poder ser, resolver con uno solo...

En fin, una visión del fútbol opuesta a toda ortodoxia y en la que no sólo se defiende atacando sino que se ataca amagando. No debe ser fácil llegar a ese vestuario y tener que depositar en la taquilla todo lo aprendido durante años como si ese conocimiento fuese una mochila llena de piedras, un fardo pesado. Ha de ser chocante ver a tu portero jugando de líbero o al pivote encargado de proteger las espaldas haciendo piruetas sin red dentro del área, a un palmo del precipicio, rodeado de rivales depredadores. No puede ser sencillo entrar de nuevas y completar todos los ritos iniciáticos exigidos para formar parte del grupo, ni cumplir los preceptos de esta “secta” tan especial, una comunidad de bichos raros que encabeza Guardiola con su filosofía tan fuera de normas. Tengan paciencia con Villa y sus fueras de juego; con Mascherano y su desubicación; con Adriano y su conducción. Tienen mucho que desaprender.

- Publicado en Sport (21-IX-2010)

lunes, septiembre 20, 2010

La organización defensiva del Barça en el Calderón

El objetivo de Guardiola para no salir nuevamente derrotado del Calderón era único e indiscutible: impedir que el Atlético pudiera contragolpear. El Barça acostumbra a poner sobre el campo su concepto de juego y busca imponerlo sea cual sea el rival o el escenario, pero la experiencia de partidos enloquecidos con el Atleti cabalgando sobre el error ajeno aconsejó a Guardiola alterar sus prioridades y priorizar el pragmatismo.

Para lograr su objetivo, Pep presentó una organización táctica modificada respecto de la habitual, fijando tres centrales durante los 90 minutos. Hasta ahora venía incrustando a Busquets entre los dos centrales a la hora de sacar el balón jugado. Estrenó dicha acción frente al Sporting en el Camp Nou en el debut de la Liga anterior, empleándola en la mayoría de partidos, probándola con Busquets al principio y aplicándola con Touré cuando ya estaba más rodada. La razón que generó esta novedad táctica se produjo en la final de Copa 2009 ante el Athletic, cuando los delanteros bilbaínos provocaron tal presión que los centrales barcelonistas (Piqué y Touré aquél día) tuvieron que abrirse casi hasta las esquinas para recibir, originando un gran vacío en el centro donde llegaba Busquets a recoger el balón. De aquél trance peliagudo surgió la variación táctica estrenada hace ya un año.

Pero hasta ayer se utilizaba sólo en el movimiento inicial del juego a partir de Valdés: Piqué y Puyol abiertos y Busquets sacando el balón, con los volantes esperando por dentro y los laterales por fuera. Para el partido del Calderón, Guardiola decidió reorganizar su estructura defensiva y tapar con tres centrales a Forlán y el Kun por lo que alineó a Busquets permanentemente entre Piqué y Puyol. Se cumplía así la misma idea en el inicio del juego, pero ganaba una opción en fase defensiva: para cuando el Atleti recuperaba balón la línea de tres centrales ya estaba fijada, con lo que la movilidad de los dos delanteros rojiblancos no generó el habitual desorden entre los barcelonistas. Los responsables de subir y bajar fueron ambos laterales y, por lo general, en paralelo y no de forma asimétrica como acostumbran. En salida de balón se colocaban más allá del centro del campo y pegados a la banda y en cuanto tocaba defender regresaban a sus puestos, componiendo una línea de cinco defensas.

Esto generó que el Barça jugara sin mediocentro de posición y con un  pseudo doble pivote compuesto por Xavi e Iniesta, encargados de recibir por dentro los balones que sacaban cualquiera de los tres centrales. Podríamos decir que el dibujo táctico era un 3-4-3, pero con muchos matices pues en fase defensiva la línea sumaba cinco hombres y en fase ofensiva también llegaba a acumular cinco hombres. El plan de Guardiola obtuvo una ayuda inesperada: la presión alta que ordenó Quique Sánchez Flores a raíz del gol inicial de Messi (Juan Carlos Crespo lo explica estupendamente aquí). El objetivo de Guardiola, por cierto, se cumplió con creces: no hubo contragolpes y el Atleti creó pocas ocasiones: sólo disparó cuatro veces a puerta.

Sin Busquets en la línea del centro del campo, la pareja Xavi-Iniesta podría haber naufragado de no haber contado con una doble aportación: la de los carrileros Alves-Maxwell por una parte y la de Pedro y Messi por otra. La movilidad de estos cuatro hombres significó superioridad blaugrana en la zona central pese a que pudiera parecer lo contrario. En este aspecto hay que destacar a Pedro. Destapado como goleador en las dos últimas temporadas su jugada más apreciada empezaba siempre pegado a la cal para irse en diagonal hacia dentro y disparar. Pero desde hace unos meses, Pedro ha mejorado tácticamente, lo que pudo verse con claridad en la semifinal del Mundial frente a Alemania. Ahora, Pedro es un hombre que se mueve entre líneas, se asocia como el mejor centrocampista, controla bien y juega al primer toque, virtudes que no poseía. Ahora ya no vive en la banda, sino entre líneas, asociándose con Xavi, Alves, Messi o Iniesta: prácticamente ya es uno de ellos. Ha dado un paso atrás, pero para ser más peligroso. Parece haber perdido gol y pisar menos área, pero aporta incluso más, pues ya no sólo es especialista en una zona sino en dos: el área y el centro del campo.

Un último factor a considerar: el Barça está en pretemporada. El viernes, los preparadores físicos aplicaron una carga fortísima al equipo, algo impropio en otro momento, un entrenamiento clásico de 10 de Agosto. Esto explica que haya jugadores con las piernas muy fatigadas.

¿Y el Atlético? Un gran equipo, más allá de opiniones raciales, de la aspereza de algunos momentos o la estrepitosa acción de Ujfalusi. De su portero sólo podemos decir que debería ser el próximo Casillas durante una década. Y de Reyes, reflejar que Quique ha hecho algo parecido a un milagro: hace un año el Calderón le insultaba a pleno pulmón y hoy es un ídolo con todas las de la ley. Un futbolista que parecía en decadencia y ha resurgido al nivel que le llevó hasta el Arsenal.

EN PERPETUA EVOLUCIÓN TÁCTICA (*)

Por cada victoria hay que pagar un precio. El de Messi se cifrará en varias semanas, un huevo de paloma en su tobillo derecho, mucha lágrima y bastante sudor con los recuperadores. Ha tenido suerte porque podría haber sido mucho peor. Es el sino de las grandes estrellas: Maradona abatido por Goikoetxea; Cristiano por Diawara; Messi por Ujfalusi. Siempre hay un cazador dispuesto, por lo civil o por lo criminal, a abatir piezas mayores. Precio alto para un Barça que acudía al cementerio donde acostumbra a enterrar sus ilusiones, el Calderón, una plaza que no se puede visitar con frac.

Acostumbrado a jugar vestido de esmoquin, al Barça no le gusta en exceso usar el mono azul. Va contra sus instintos. El cuerpo le pide tocar, combinar, acunar el balón, mecer al rival, dormirle de banda a banda y ejecutarlo con silenciador. Pero el Calderón es ruido por excelencia, pasión, griterío, exaltación pura, de ahí que Guardiola alterara el plan que le llevó a derrotas anteriores y se plantara sobre el césped sin miedo a la trinchera. Vuelta de tuerca táctica, con tres centrales y Xavi e Iniesta en el doble pivote para llevar el control, delanteros por dentro, bandas para los laterales. El resultado no ha sido un partido bello, de los que acostumbra este equipo estético, sabroso y hedonista, sino una pelea de hierro y furia, donde cada jugada desprendía azufre. Pero ha sido un gran tratado táctico, con variantes y permutas constantes; un partido a mostrar en la escuela de entrenadores por lo que tiene de organización defensiva y cómo impedir que un rival que apuesta por el contragolpe pueda realizar ni uno solo.

Cuanto más conocen los rivales a Guardiola más les desconcierta. Le estudian y aplican antídotos, pero por cada peldaño que escalan los perseguidores el técnico blaugrana sube otro más. En cada encuentro reinventa posiciones, aplica modificaciones que suenan leves pero alcanzan consistencia y estruendo. No todo lo que inventa tiene éxito, por descontado, pues hay novedades que aportan mejoras y a cambio perjudican otros aspectos. Pero resulta enriquecedor ver que el entrenador no se conforma con lo hecho y conquistado, ni se duerme en su estrategia, ni se encierra en la excusa de que los rivales ya te conocen, sino que persiste en buscar nuevos horizontes en la táctica futbolística, ahora que todo ya parecía inventado.

(*) Publicado en El Periódico de Catalunya (20-IX-2010)

domingo, septiembre 19, 2010

13 preguntas sobre el Barça B

Intento responder algunas cuestiones que se plantean sobre el filial del Barça B, con buena trayectoria hasta el momento en Segunda División. En los links puede ampliarse la información.

¿Qué objetivos tiene el Barça B?: El primero de todos, culminar el proceso formativo de los mejores canteranos. El segundo, en paralelo, competir seriamente en 2ª División. La consecuencia de ambos objetivos es generar futbolistas de dos niveles: Top para el primer equipo; buenos jugadores que culminen su carrera profesional en otros conjuntos. El B es la culminación del laboratorio de La Masía.

¿Por qué mezclan jugadores muy jóvenes con otros ya adultos?: El staff técnico los cataloga en dos categorías: perlas o vertebradores. Los primeros son los canteranos llamados a ser futuras estrellas; los segundos, jugadores ya formados que aportan experiencia, serenidad, fortaleza o gol. Estos últimos son el hilo que sostiene a las perlas del collar. Por dicha razón cada año se fichan algunos jugadores mayores. Esta temporada, Abraham Minero (24 años), Saúl Berjón (24) y Carlos Carmona (23) además de Cristian Tello (19).

¿Por qué se usan tantas rotaciones?: Luis Enrique, el ‘sargento de hierro’ no quiere jugadores desmotivados por lo que aplica rotaciones matemáticamente minutadas durante toda la temporada. No le importa sentar en el banquillo a piezas esenciales ni dejarles fuera de la convocatoria. Con ello consigue que todos sus hombres estén todo el curso en permanente tensión. El año pasado, si entrenaban con Pep no jugaban con el B por respeto a los compañeros que habían trabajado juntos toda la semana. Este año hace una excepción con los cuatro “favoritos” al Pep Team (Fontàs, Jonathan Dos Santos, Romeu y Thiago), pero mantiene idéntico criterio con el resto: esta semana, Victor Vázquez ha entrenado un día con Pep y Rochina y Riverola dos sesiones. Ninguno de los tres estaban siquiera en el banquillo el sábado contra el Elche. Si son convocados por la selección española, cuando vuelven van al banquillo. De este modo, la temporada pasada empleó 31 elementos y cumplió todos los objetivos: subió a 2ª A, dio cobertura a las necesidades de Guardiola, compitió como un jabato, dio oportunidades a juveniles imberbes y sus chicos más prometedores cubrieron a la perfección las etapas formativas.

¿Quiénes son los vertebradores?: De los 23 jugadores de campo (hay tres porteros), 9 forman el cuerpo vertebrador: Nolito (23 años), Jonathan Soriano (24), Benja (23), Edu Oriol (23), Armando (25), Victor Vázquez (23) y los tres fichajes (Carmona, Berjón y Abraham). Seis de ellos son delanteros, una materia prima ahora mismo ausente entre los canteranos, de ahí que no sólo están para aportar su experiencia y madurez a los jóvenes, sino especialmente para buscar el gol.

El 'desplegable' del Pep Team: Cada semana, varios jugadores del B se entrenan con el primer equipo. Más que un premio es un master. Aprenden de los mayores, reciben instrucciones específicas de Guardiola y asumen el plus de competitividad del Pep Team. Después regresan al látigo de Luis Enrique. La limitación cuantitativa del primer equipo queda obviada por dicha razón: el B es el 'desplegable' del A.

¿Quiénes apuntan al primer equipo?: Cuatro jugadores están en primera fila para ser llamados a partidos del Pep Team. Son Andreu Fontàs, Jonathan Dos Santos, Thiago Alcántara y Oriol Romeu. No tienen ficha del primer equipo para no hipotecar el constante 'efecto ascensor' que vivirán este curso aunque no es descartable que alguno de ellos lo haga a partir de enero.

Andreu Fontàs: Defensa central zurdo, sobrio, seguro y con buena salida de balón. Alexanko lo fichó del Girona por 6.000 euros hace cuatro años. Llegó como mediocentro defensivo, pero en 2008 Luis Enrique le da la oportunidad como central en la jornada 22 en Segunda B acompañando a Botía. Desde aquél día, Fontàs no abandona la titularidad. Capitán del actual B, esta temporada le veremos junto a Piqué o Puyol entre otras razones porque recuerda inevitablemente a Gabi Milito. Es el central tranquilo.

Oriol Romeu: Un clon de Sergio Busquets. Al revés que Fontàs, empezó como central y dio un pase adelante. Con sólo 19 años, hoy es un “pájaro” de cuidado. Corta, barre, mantiene la posición, hace coberturas, filtra pases, bate líneas... posee el catálogo completo del mediocentro de posición que en el Barça ocupa la posición nº 4. Dado que el B ha implantado la salida de balón de los mayores (laterales en centro del campo, centrales en las bandas y mediocentro como vía de salida incrustado entre los centrales), Romeu llegará al primer equipo conociendo al dedillo lo que quiere Guardiola. Es el faro que da luz.

Jonathan Dos Santos: Los focos siempre estuvieron sobre su hermano, pero el que ha salido prodigioso es él. Todos los técnicos se enamoran de su constancia, visión y el rigor y compromiso permanentes mientras que los aficionados tienen sus dudas. También se dudó de Xavi y durante años. Hoy, Jonathan parece el Xavi adolescente aunque es más fuerte que el de Terrassa. Tiene la cabeza bien amueblada y robado el corazón de Guardiola. Sólo necesita bregarse contra los colmillos retorcidos de la 2ª división. Es el hombre que crece en la sombra.

Thiago Alcántara: El mayor talento. Un mago con el balón en los pies. Recuerda al mejor Deco, menos brusco y duro e incluso con mayor visión, toque y elegancia. Es un prodigio y en esa virtud está su problema: la distancia entre ambición y divismo es ínfima en su caso. Hay un plan diseñado entre Guardiola, Luis Enrique y Mazinho, padre de Thiago, para corregir cualquier tentación del chico y mantenerle con los pies en la tierra. De ahí la fortísima (incomprensible para quien no esté avisado) bronca de Pep cuando celebró con el banquillo un gol logrado con el primer equipo. El técnico le ordenó a gritos que ocupara de inmediato su posición en el campo. Es inteligente y muy probablemente el plan tendrá éxito. En ese caso estaremos ante un jugador estratosférico. Es el crack precoz.

El Barça B tiene otras varias perlas en formación: Martí Riverola, Rubén Rochina, Sergi Gómez, Rubén Miño... pero tres de ellas destaca poderosamente:

Marc Bartra: Estamos ante otro Piqué. Posee sangre fría, colocación, sentido de la anticipación, una salida excelente de balón, buen desplazamiento en largo y un profundo aroma estético del juego. Si Piqué recuerda a Benckenabuer (del que aún está lejos), Bartra se da un aire a Franco Baresi. Si las cosas salen bien estamos frente al que debería ser en 2014 la pareja de baile de Piqué.

Sergi Roberto: Con 18 años ya no hay dudas: es el todocampista completo. Si existe la figura del medio “box to box” Sergi Roberto la encarna a la perfección. Parece poseer todos los recursos del gran Cesc Fábregas hasta el punto que hay quien duda si la opción de futuro debe ser refichar al capitán 'gunner' o potenciar al imberbe niño al que Luis Enrique alinea en cualquiera de las tres posiciones del centro del campo.

Marc Muniesa: Ya hay fecha y destino: dentro de un año está llamado a ser lateral izquierdo del primer equipo si no hay un accidente. Lleva media vida en el Barça (nueve de sus 18 años) y aunque siempre fue central zurdo la imparable titularidad de Fontàs le llevó a la banda, donde ha explotado sus virtudes: inteligente en la colocación, potencia de salto, zurda excelente, rápido y pegajoso en el marcaje. Parecía encaminado a ser otro Puyol, pero los técnicos le están orientando hacia el lateral donde parece claro que suplirá a Maxwell o Abidal. Es la joya de la corona.

sábado, septiembre 18, 2010

Bojan, ante su año decisivo

Nunca conoceremos la respuesta a la pregunta que nos hicimos hace dos veranos: ¿Le conviene a Bojan una cesión? Especulamos, discutimos, lanzamos propuestas, pero todo fue un castillo en el aire. Bojan llegó al primer equipo precedido de una prodigiosa fama goleadora forjada en categorías inferiores y Rijkaard le dio la oportunidad en el peor de los momentos, justo cuando el vestuario blaugrana se desintegraba por el (D)ecosistema, la plaga que frenó en seco a un equipo lanzado a la leyenda. La aparición de Bojan en ese vestuario no fue un cuento de hadas, sino que alcanzó en ocasiones ribetes de pesadilla que los protagonistas jamás querrán contar y eso limitó su avance. Querido por el público, espléndido en formación moral y en el comportamiento sobre el césped, Bojan ha sido hasta la fecha una promesa que se eterniza.

En su contra juega la sensación de que no posee el nivel de los cracks mundiales que le han rodeado en el ataque: Messi, Eto’o, Villa, Ibra, Henry, Pedro, Iniesta... Compañeros, pero también competidores. ¡Y qué competidores! Unos monstruos cuyo nivel Bojan no alcanza de momento. En su favor, la persistencia, la humildad, el deseo de aprender, corregir y progresar. Incluso si él mismo llegase a aceptar que no alcanzará el nivel de excelencia de sus correligionarios jamás ha bajado los brazos en el empeño por lograrlo. Guardiola le explicó cierto día que no necesitaba sólo un rematador, sino un delantero completo que se moviera por todo el frente de ataque, presionara a la defensa rival, ensanchara el campo y se asociara con el compañero. Características que no casaban con el estilo del chaval de Linyola, destacado siempre por su fijación por el remate y el gol.

Se imponía, por tanto, una reinvención y Bojan continúa empeñado en conseguirla. Ya sabe que no podrá ser el verdadero 9 del Barça (aunque luzca ese dorsal) sino que debe convertirse en el 11 que empieza en la izquierda y traza la diagonal hacia dentro. Afronta un año decisivo para su porvenir. Ha progresado mucho en combinación y toque y en asociarse, sus defectos primigenios. Ahora es mejor jugador aunque a cambio parece haber perdido puntería, pero ha comprendido que es él quien debe adaptarse al juego del equipo y no al revés (¿les suena?). Las dos actuaciones con la sub’21 mostraron un Bojan más participativo, más semejante a Pedro que a Ibra. Más jugador, menos rematador. Esta reconversión, imprescindible para triunfar, ha generado también la consecuencia negativa de un menor acierto ante el gol, pero creo que es un fenómeno pasajero, fruto del proceso emprendido, que Bojan remediará en cuanto consolide su nuevo estilo y posición. El goleador no pierde olfato, si acaso se resfría.

- Publicado en Sport (18-IX-2010)

viernes, septiembre 17, 2010

'Prima donna' en apuros

Han pasado más de 50 años de aquella serena noche de enero. El Teatro dell'Opera de Roma, restaurado para los Juegos Olímpicos de 1960, acoge una gala especial con presencia del presidente de la República, el democratacristiano Giovanni Gronchi. En la cumbre de su arte, María Callas regresa a la capital para interpretar la Norma de Bellini. Un recogimiento cuasi religioso recorre los palcos ante el retorno de la conquistadora de La Scala y el Metropolitan. Y la gran soprano ataca Casta Diva, su aria preferida, el hechizo mágico: «Casta Diva, che inargenti / queste sacre antiche piante...». La cima belcantista sobrevuela con embrujo angelical hasta que, de pronto, la Callas palidece, se agita el público, tiembla el teatro. La angustia ahoga a la prima donna que con apenas un hilillo de voz concluye el primer acto. Cae el telón, escándalo, griterío, bronca y, tras un gran fischiato, la Callas hace mutis por el foro, vencida por la presión de la gloria.

Medio siglo más tarde, el divo Cristiano Ronaldo se angustia no por un fischiato multitudinario, sino por cuatro silbidos del Bernabéu y ya hay quien teme que, emulando a la Callas, vaya a perder su mejor atributo: el gol. Incluso más: que no sea una simple afonía, sino el inicio del desmoronamiento del personaje. Francamente, creo que exageran cuantos prevén que Cristiano inicia una pendiente endemoniada hacia el abismo. ¿Egocéntrico? Vaya descubrimiento. Cristiano juega mirándose al espejo, pero nunca engañó: jamás destacó por asociarse.

Cristiano es hoy la Callas afónica de angustia. Un gigante que ha menguado en casi todas las citas importantes que disputó. Lo que le agarrota no es la imprecisión ante el gol, sino la torturante sensación de que el olimpo se aleja sin piedad de él. Cuatro miserables pitos han agrietado la unanimidad que le tenía el Bernabéu, que ya mira hacia Canales mientras ovaciona a Özil. Cristiano podría caer en la provocación que le tienden algunas tertulias madrileñas, deseosas de un estallido de alta rentabilidad mediática. Ahora sabremos si, además de abdominales y disparo, este hombre posee una inteligencia emocional a la altura de su regate.

miércoles, septiembre 15, 2010

Reivindicación del cómo

Ahí donde pongo los ojos o los oídos se repite la expresión: “el mejor” o “mejor que” y, por descontado, “el mejor del mundo” o del país, la ciudad o el barrio. Da igual que hablemos de Nadal o la Roja, de Guardiola o Mourinho, de Messi o Cristiano Ronaldo. Ni siquiera hace falta apuntar tan alto: a cualquier otro nivel, parece que periodistas y tertulianos sólo tengamos ese concepto en el cerebro: fulano es mejor que mengano, repetimos como una letanía. Es un concepto que no me interesa. De hecho, lo aborrezco (aunque reconozco, yo pecador, que también a menudo caigo en el vicio).

Me interesa el cómo. En una sociedad cuyo paradigma es el qué me gusta valorar el cómo. La obsesión por el qué es legítima. No sólo la comprendo; la comparto. El qué significa ganar, tener éxito, triunfar, ganar dinero, conquistar metas. Me apunto al qué. Pero reivindico que existe algo más que el triunfo, el resultado, la victoria, el qué. El debate sobre resultado vs estética es maniqueísmo puro. Si reivindico que hay otra vertiente en la montaña del éxito no es a cambio de renegar del resultado, sino apoyándome precisamente en el resultado. Sin victorias no existe esa otra vertiente. Pero dentro de la victoria, ese otro camino puede existir (o no).

Yo creo en el cómo. Es decisivo el resultado, pero me parece esencial el camino hacia él. No el camino táctico, puntual e inmediato: es poco relevante si una victoria concreta llega en una jugada azarosa y afortunada. Cuando hablo del camino me refiero al camino estratégico que uno elige: a la idea y el concepto que uno abrazará caiga quien caiga; a los medios que empleará (¿serán todos legítimos?) para escalar sus montañas; al comportamiento que adoptará en los buenos y especialmente en los malos momentos; a la actitud frente a los rivales, los entornos mediáticos y los aficionados; a la importancia que le otorgaremos al trabajo, la humildad, el compromiso, el sacrifico y demás valores humanísticos clásicos del deporte.
Es hermoso, brillante y emotivo que la Roja o Nadal consigan triunfos exuberantes y apoteósicos. Pero, al menos en mi modesta opinión, lo que verdaderamente resulta meritorio es la reivindicación del cómo que enarbolan algunos de estos grandes deportistas o entrenadores. No es sólo el triunfo, el qué, sino especialmente el camino que transitan, el cómo, lo que les convierte en gigantes.

- Lectura muy recomendable: ¿Aprenderemos de Nadal?

martes, septiembre 14, 2010

El endemoniado sudoku de Guardiola

A principios de mes explicamos con detalle que la planificación del Barça contemplaba un primer punto esencial: para los campeones mundiales: la pretemporada se alargará hasta el 15 de Octubre, cuando completen un mínimo de 30 entrenamientos, de los que cinco serán en sesiones dobles.

Es decir, esos ocho jugadores que componen (junto a Messi) la columna vertebral del Pep Team sólo están en los inicios de la carga de trabajo. Para entendernos, en un curso normal hoy sería 25 de Julio y no 14 de Septiembre: esos ocho futbolistas habrían llegado anteayer de vacaciones. Guardiola lo acaba de confirmar públicamente. No se trata sólo del virus FIFA (el Barça sólo gana el 25-30% de los partidos post-selección), sino de una combinación letal: temporada post-Mundial, llegada tardía de los campeones (por vacaciones más excursión mexicana), mínimo entrenamiento y nuevo viaje transoceánico.
Xavi y Puyol (entre algodones ambos) prácticamente aún no han empezado a sudar en los entrenamientos. Los otros cinco (Valdés es un caso totalmente distinto) suman una docena de sesiones, más o menos la tercera parte de lo necesario. El Barça está empezando la pretemporada y esa es la causa fundamental de la derrota del sábado. No es la única causa. Nunca hay una sola razón que explique una derrota, sino una suma de factores: el físico, la mente, la fatiga, cómo sopla el viento, el azar, la alineación, los errores propios, los aciertos del rival. Todas estas razones sumadas explican la derrota frente al Hércules.

No podemos observar la alineación del sábado como quien se queda mirando el dedo que señala la Luna. La alineación contenía riesgos, pero esos riesgos tenían su razón de ser: fragilidades de unos, cansancio de otros, lesiones de algunos, protección de varios. No es difícil comprender que Milito no puede sumar partidos cada tres días sin arriesgarse; que Busquets enfrenta miles de minutos por delante y necesita respirar; que Xavi lleva doscientos partidos en las piernas en tres años y sus tendones parecen de harina; que Puyol ni siquiera se ha entrenado todavía; o que los más trabajados sean los más utilizados (Maxwell, Bojan, Adriano, Keita, Abidal). Me chirría que Guardiola coloque a Abidal en el centro de la defensa, donde boquea y se ahoga, y que haga debutar a Mascherano casi sin preparación. Pero le entiendo porque está gestionando unos recursos físicos muy limitados por las circunstancias. No lo comprendería si estuviésemos en Noviembre, pero ahora sí.

¿Qué ocurrirá en las próximas semanas? Que el staff técnico deberá obrar milagros: disputar siete partidos en 21 días combinándolos con cargas fuertes de trabajo y alguna sesión doble. Un sudoku endemoniado. El gran reto de Pep.

lunes, septiembre 13, 2010

Pep sí es Google; Mou va a ser Microsoft

El dilema Pep = Google vs Mou = Apple lleva generados unos resultados interesantes en twitter a media tarde de hoy lunes:

Guardiola = Google, 67%
Guardiola = Apple, 33%

Mourinho = Apple, 33%
Mourinho = Microsoft, 67%

Básicamente, hay coincidencia con el autor respecto de la comparación Pep/Google, pero no en la paralela Mou/Apple. Existen argumentos en todos los sentidos: Mourinho es Microsoft porque “va a lo práctico y le va lo funcional antes que la belleza del diseño”. No es Apple porque “nunca tendrá la sutileza y las ganas de agradar y dejar alucinado al usuario (espectador en este caso) que tiene Apple”. Hay quien opina, por el contrario, que Mourinho es Apple porque “es un sistema cerrado, bonito pero contra la libertad”. Y que Guardiola se asemeja a Google porque “está en perpetuo movimiento”. Pep lo “absorbe todo, es claro y comunicativo” y Mou “es coto vetado y perfección”.

Hay quien advierte sesgo culé entre los comentarios, dejando el análisis para el mes de mayo, cuando sabremos “quién es miniDisc y quién usb”. Y no falta quien da un giro automovilístico a la metáfora: “Pep es Alfa Romeo porque antepone diseño y estética. Mou es BMW: simple en el diseño, pero robusto”. Y quien añade que Pellegrini fue Nokia/Motorola (eficiente, pero con mal marketing).

De este modo, si no hay grandes cambios de aquí a la noche lo más probable es que la metáfora ganadora sea la siguiente:

Guardiola = Google / Mourinho = Microsoft

¿Pep es Google y Mou es Apple o Microsoft?

He publicado hoy este artículo en El Periódico de Catalunya. No cito al autor de la metáfora sobre Guardiola y Mourinho porque no le encuentro, pero la leí durante el fin de semana (si alguien lo sabe, podré citarlo). A las ocho de la mañana, un lector amigo me expresa por mail que la metáfora le confunde: que considera más acertado asimilar a Mourinho con Microsoft que con Apple. Su tesis es que Pep sí es Google y también Apple porque es más avanzado e innovador, en tanto Microsoft apenas innova pues crece a base de compras y adquisiciones tecnológicas, lo que sería más asimilable con Mourinho. Es un debate interesante que puede modificar (o no) la metáfora original. Publico tal cual el artículo de El Periódico y espero comentarios. A final del día publicaré en Twitter cuál es la opinión mayoritaria:

Vuela estos días por la Red una metáfora: Guardiola es como Google y Mourinho como Apple. Pep maneja una perpetua versión beta de su modelo, donde lo preliminar predomina sobre lo definitivo. Si algo no funciona, y a buen seguro algo falla en algún momento, no importa: no hay que disculparse por ello pues forma parte de la filosofía (sic) del autor que se maneja en permanente estado de creación, evolucionando sobre versiones anteriores, quitando de aquí para retocar allí. De corrección en corrección sin la posibilidad de alcanzar la perfección dado que el propio concepto beta lo hace inviable: se trata de avanzar, corregir, modificar, tropezar, buscar alternativas, corregir de nuevo y seguir avanzando. No hay meta, sino camino. El éxito es el camino y la forma de recorrerlo, no la llegada a un punto determinado. Guardiola no tiene una Décima en el horizonte, sino todos los caminos por abrir. 

Mourinho es Apple porque fabrica modelos casi perfectos, hermosos en su función, apenas sin mácula. El Oporto desde su modestia, el Chelsea con toda su potencia artillera, el Inter como organización defensiva... productos excelentes de acabado portentoso y sorprendentes, innovadores. Nadie imaginaba que un pequeño club portugués tocara el cielo o que un multimillonario ruso pudiera ser obediente (cierto tiempo), ni tampoco que una mezcolanza rara de refugiados, mercenarios y veteranos se soldara en una idea solidaria para defender un castillo común. Mourinho logró las tres proezas, tres muy buenos productos en su faceta por más que a cada cual le faltara un peldaño para ser excelsos. Como los Mac, el iPhone o el iPad, magníficos pero cada cual con sus yerros, ni Oporto, ni Chelsea ni Inter fueron productos redondos, quizás porque él es un hombre empeñado en la búsqueda de la perfección al contrario que Pep, convencido de que no hay más éxito que el camino por descubrir. 

Guardiola y Mourinho son el eje esencial de esta temporada y a su alrededor girará todo. El portugués fabricará un nuevo producto: ha empezado por la organización defensiva, donde está triunfando con facilidad. Le costará más armar la creación, pero tiene buenos jugadores y sólo necesita que la afición le regale tiempo. Florentino y la prensa amiga se lo han dado, al contrario que a sus antecesores. Guardiola está en la enésima versión beta del modelo con la dificultad de que sus hombres esenciales están agotados, heridos y sin preparación. La verdadera pretemporada del Barça aún no empezó y las piezas clave no estarán a punto antes del 15 de octubre, diga lo que diga un entorno nerviosillo y bastante prepotente que ha recibido un zas en toda la boca. Acostumbrémonos: nadie cambiará la filosofía de Google Pep: avanzar, corregir, tropezar, modificar...

sábado, septiembre 11, 2010

¿11 contra 10? Una fantasía de Mourinho

Dado que José Mourinho no es un entrenador que frivolice con sus afirmaciones, la primera vez que dijo aquello de que el Barça acostumbra a jugar contra diez creímos que estaba en lo cierto. Cuando repitió esa tesis (11 contra 10 a menudo) decidimos acudir a las estadísticas para cerciorarnos y lo que ocurrió es que los números desmintieron la teoría.

Y no sólo la desmintieron, sino que mostraron una realidad opuesta: el Barça disputó la Liga pasada casi el triple de minutos en inferioridad numérica (151’) que en superioridad (65’), en tanto el Real Madrid vivió la situación contraria, con casi el doble de minutos jugando once contra diez (210’) que en la situación inversa (128’).

Es cierto que al Barça le expulsaron, en 38 partidos, un jugador menos que a sus rivales, exactamente como le ocurrió al equipo de Pellegrini: cinco futbolistas del Barça vieron la tarjeta roja directa por seis de sus contrincantes, pero en tanto los barcelonistas fueron expulsados en distintas fases de los partidos (minutos 25, 59, 62, 63 y 92), sus rivales lo fueron mayoritariamente en los instantes finales de los encuentros: minutos 55, 69, 85, 89, 90 y 91.

Así, la conclusión es que sus cinco expulsiones le provocaron al Barça una situación de inferioridad de 151 minutos mientras que los seis rivales expulsados sólo generaron al Pep Team 65 minutos de superioridad. Mourinho no tenía razón: el 11 contra 10 ocurrió, pero en sentido inverso.

La estadística arroja un balance diferente si nos referimos al Real Madrid, que también sufrió cinco expulsiones (minutos 27, 65, 69, 88 y 89) para un total de 128 minutos en situación de inferioridad. Y, curiosamente, también se benefició de seis rivales expulsados, como el Barça, pero en su caso con un balance muy superior en tiempo: 210 minutos (min. 19, 34, 51, 62, 91 y 94), con lo que en este caso la tesis de Mourinho sí se cumple, pero por lo que hace referencia a su propio club.

PENALTIES Y AMARILLAS

Hay otras estadísticas ligueras que tampoco casarían con las afirmaciones de Mourinho. Por ejemplo, el número de penalties señalados. El Barça se benefició de 3 en todo el campeonato, por 8 el Madrid. De los tres penalties a favor, sólo en un caso el marcador señalaba empate (frente al Espanyol) y fue decisivo, mientras en los otros dos el marcador era claramente favorable al Barça. En el caso madridista, de los 8 penalties a favor en cuatro de ellos el partido estaba empatado (contra Depor, Almería, Racing y Athletic) en tanto los otros cuatro fueron decretados en partidos ya favorables al cuadro de Pellegrini. En cuanto a penalties señalados en contra, el Madrid sufrió dos y el Barça, uno.

Un último dato curioso sobre la última Liga se refiere a las amonestaciones a jugadores por protestar al árbitro. En este sentido, el Barça vio 10 tarjetas amarillas por dicha razón, cinco de ellas exclusivamente para Xavi, en tanto al Madrid se le mostraron un total de 4 en todo el torneo y una de ellas a Guti estando en el banquillo de Málaga.

Ampliado el análisis a la Champions, en doce partidos disputados el Barça sólo se benefició de superioridad numérica en el último de ellos, la semifinal de vuelta en el Camp Nou contra el Inter, cuando Thiago Motta fue expulsado en el minuto 28. Y sufrió también una expulsión, la del capitán Puyol ante el Arsenal en el minuto 84. En total, 65 minutos con uno más por 9 minutos con uno menos. En cuanto al Madrid, en los ocho partidos que disputó no sufrió ninguna expulsión y tuvo 34 minutos de superioridad, al ser expulsado Diarra (Olympique Marsella) a la hora de partido en el Bernabéu.

Mascherano invierte en "acciones Barça"

Que Javier Mascherano se haya rebajado el sueldo comprometido con el Barça es un hecho sorprendente por lo inhabitual, pero por encima de cualquier otra consideración moral o emocional, lo que revela es una elevada inteligencia del jugador argentino. Ha recortado el salario que pactó (renunciando a un millón de euros por cada una de sus cuatro temporadas) porque ha decidido invertirlo en un activo más importante: el de su carrera profesional como futbolista. Con esos cuatro millones de euros, Mascherano ha "comprado acciones Barça". Reflejo de que tiene la cabeza bien amueblada o un buen asesor personal.

El hecho es inhabitual por dos razones fundamentales: la primera, y más importante, por el valor que le damos al dinero. Uno de los paradigmas sociales consiste en la acumulación inagotable de dinero. Y, así, idolatramos al rico, al que consideramos triunfador absoluto por más que abundan los síntomas de que esta consideración es falsa. En realidad, las mejores actuaciones humanas y algunas de sus mejores proezas no tienen al dinero por motivación, pero pretendemos mantenernos ciegos ante ello. La segunda razón es que la mayoría de futbolistas no poseen un plan de carrera, una hoja de ruta sobre su trayectoria profesional.

En su caso, Mascherano desmiente ambos factores. Demuestra que tiene trazado un rumbo concreto para conseguir la máxima excelencia como futbolista y está dispuesto a todo para cumplirlo, sea una actuación encomiable como la citada de recortarse el salario, sea una muy criticable como rebelarse frente a su anterior club. En ambos casos refleja que sabe adónde va y que en ese camino tiene claros sus hitos profesionales: Brasil, la Premier, el Barça y probablemente dos megacontratos para terminar su carrera (y entonces sí, rentabilizar la inversión actual).

Contrasta este ejemplo con el de tantos jugadores que orientan sus carreras cual veletas, sin importarles dónde recalan con tal que el cheque mensual sea jugoso. En la web ‘Spanish Leadership’, el auditor bilbaíno Jorge Zuazola conjuga a menudo una idea imprescindible: el futbolista necesita un mentor que dirija su carrera (no nos referimos al manager que negocia los contratos). Un tutor que diseñe sus ciclos vitales como jugador y le encamine en una progresión lógica. Al "comprar acciones Barça", Mascherano parece haber seguido el consejo de un mentor inteligente. También Raúl al irse al Schalke, por más que tantos parezcan no comprenderlo: Raúl vivirá una gran experiencia en la Liga más seria del mundo; sus hijos crecerán en una sociedad moderna, educada, rigurosa y trabajadora; y para cuando vuelva a Madrid, sin duda como mito, posiblemente Florentino Pérez apenas sea el recuerdo del tío Gilito. Si pensamos en algunos otros jugadores tendremos que cuestionarnos qué pintan en sus actuales clubs. Pienso en Torres, en Riera, en Güiza...

martes, septiembre 07, 2010

Un modelo de juego desde el biberón

De repente, media España futbolística ha encontrado la respuesta al por qué Guardiola sonríe pese al minimalismo numérico de su plantilla. ¿Es un inconsciente? ¿Un suicida? ¿Acaso un insensato? No, Guardiola sonríe porque la respuesta está en el ‘B’. Sólo tiene 19 jugadores a su disposición, pero sabe que dando una voz Luis Enrique puede prestarle 19 más. Claro, no tienen la misma categoría ni casi la edad para afeitarse, pero conocen los fundamentos con la misma capacidad memorística que sus mayores. Son esos imberbes del ‘B’ que dejaron boquiabiertos en la noche del domingo a cuantos, pantalla del Canal+ mediante, les vieron por primera vez.

A todos ellos les faltan uno o dos hervores, por supuesto, pero tienen grabado a fuego el mapa del tesoro blaugrana. Saben cómo hay que sacar el balón jugado desde atrás; qué papel juega el mediocentro defensivo; cómo debe ofrecerse el volante creativo; dónde han de ubicarse los laterales en ambas fases; cómo de ancho debe ser el campo en ataque. Los ejes básicos que desde hace veinte años se imparten en La Masia y han alcanzado la excelencia con Guardiola. Esos mandamientos se recitan a diario en la ciudad ceportiva Joan Gamper, en todos los equipos y edades, explicados por esforzados maestros que inoculan una filosofía futbolística especial, casi única en el mundo; forjando jugadores a partir de la idea y la palabra; corrigiéndoles a base de grabar en vídeo todos los ejercicios de todos los entrenamientos, uno por uno, detalle a detalle. La que se viene haciendo desde hace veinte años es una obra de orfebrería aplicada al fútbol: la construcción artesanal de un modelo de juego desde el biberón con el propósito de alimentar todas las necesidades del primer equipo. Si Oriol Tort levantase la cabeza debería reconocer que jamás imaginó que su sueño se quedaba pequeño ante la realidad.

Las canteras bien trabajadas no terminan en el Barça, por más que ninguna de las demás posea el grado de perfección y, sobre todo, el sentido profundamente estratégico de la blaugrana. Pero las del Villarreal y Málaga, la del Atlético de Madrid, con Amorrortu excelente; la del Espanyol, la del Athletic, son grandes factorías de producción de futbolistas maravillosos. Cuando Del Bosque pidió en la Moncloa que los clubes españoles siguieran apostando por la cantera sabía lo que decía. Es una pena que el Madrid no posea esa vocación estratégica, pues materia prima le sobra. Yo he visto jugar en Valdebebas en el mismo equipo a Filipe Luis, Jurado, Borja Valero, De la Red, Granero, Javi García, Mata y Negredo. Demasiados buenos jugadores juntos y desaprovechados por su propio club. Más que en los fichajes, el error del Madrid está en el maltrato a su propia gente.

domingo, septiembre 05, 2010

Los métodos de entrenamiento de Mourinho: la Periodización Táctica

Aunque a Mourinho le gusta alardear de difíciles debuts, hasta el punto de convertirlos casi en superstición, sus equipos acostumbran a ponerse en forma con rapidez y mantenerla sin sobresaltos durante toda la temporada. Da igual que sea Oporto, Chelsea o Inter, no es casualidad que sus equipos apenas tengan altibajos, sin picos ni valles de forma. Su nueva etapa en el Real Madrid confirmará o desmentirá esta circunstancia. Si bien las puertas de Valdebebas se cierran durante la mayor parte de los entrenamientos, conocemos con suficiente profundidad la doctrina de trabajo de José Mourinho para relatar los criterios que emplea y que se definen a partir de un concepto fundamental: la Periodización Táctica.

¿Qué significa ese concepto? Es la denominación que el profesor Vitor Frade de Oporto otorga a una idea bastante simple: todo tipo de entrenamiento debe estar supeditado al modelo de juego escogido por el entrenador. No confundir modelo con estilo o con esquema de juego. Modelo de juego significa el tipo de juego que el técnico desea que su equipo desempeñe con fluidez.

El propio entrenador madridista, en el libro “¿Por qué tantas victorias” de Bruno Oliveira, Nuno Aimeiro, Nuno Resende y Ricardo Barreto, lo define de este modo: “Lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo, determinados principios, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de que se utilice éste o aquél jugador. En el fondo es aquello que yo llamo organización del juego”. Un modelo es un conjunto de referencias colectivas e individuales y estas son los principios de juego marcados por el entrenador. Así, pues, la Periodización Táctica supone subordinar la metodología completa de entrenamiento a la forma de jugar que se pretende.

¿ORIGINAL O COPIA?

¿Dónde nace dicho concepto? Mourinho asegura que su modo de entrenar ha supuesto una ruptura metodológica en el fútbol mundial, marcando diferencias: “Mis equipos usan una metodología que rompe con todos los conceptos tradicionales del entrenamiento analítico. Entrenamos según un concepto al que llamamos ‘interligación de todos los factores’ donde trabajamos todo simultáneamente, inclusive el factor motivacional”.

Otros expertos aseguran que los conceptos que emplea Mourinho los extrajo directamente de su experiencia directa en el Barça más lo que se le explicó a Rui Faria cuando Van Gaal dirigía a los culés. Un gran especialista italiano de la preparación física aplicada al fútbol nos dice: “Con aquellas ideas se montó el concepto de la Periodización táctica. Sus principios son que el juego es el origen de la planificación. La táctica define tu forma de entrenar en todos los ámbitos: tanto física, como táctica como técnica. ¿Es algo nuevo? No, son conceptos y ejercicios y condiciones de trabajo que se llevó Mourinho del Barça con los DVD de Van Gaal bajo el brazo y que ha transformado a su manera”.

El profesor Vitor Frade y también Marisa Silva, autora de la obra “O desenvolvimento do jogar segundo a periodizaçao táctica” cooperaron en la construcción intelectual del concepto, en tanto Rui Faria es quien lo ejecuta desde hace una década. Mourinho explica que “Rui es mi complemento. En verdad no lo llamo preparador físico, porque es mucho más que eso. Además, ese concepto no existe en nuestro modelo de trabajo, ya que ejecuta y coordina una gran parte de nuestra metodología de entrenamiento. Nuestra forma de trabajar es claramente distinta. No hay secretos. Se valora demasiado el aspecto físico cuando lo esencial es la organización de juego”.

Rui Faria explica que “ya son diez años trabajando juntos con un método de entrenamiento identificado como único porque está pensado por nosotros. Tenemos ideas comunes y los mismos fundamentos. Nuestras únicas discusiones son para rectificar algún detalle. Pero existe una convergencia total entre José y yo. Mi trabajo está umbilicalmente ligado al del entrenador”.

LA CONCENTRACIÓN COMO BASE

Los de Mourinho no son entrenamientos largos, sino estrictamente cerrados a hora y media. Pretende que los jugadores cumplan los objetivos de los ejercicios y estén en permanente concentración. Según Rui Faria “buscamos identificar a los jugadores con una forma de jugar. Cada ejercicio tiene un objetivo definido que debe ser asimilado por todos. Eso significa jugar e implica gestionar su esfuerzo”. ¿Por qué sólo 90 minutos? “Porque –dice Mourinho- la experiencia me dice que entrenar más que eso lleva a la pérdida de calidad por la pérdida de la concentración”. Se busca gran dinamismo y un “tiempo útil altísimo, prácticamente sin tiempos muertos, con transacciones de situación a situación efectuadas con recuperación activa y rápidamente”.

Para el técnico del Madrid, la concentración es un arma fundamental: “La concentración de los jugadores puede y debe ser entrenada. ¿Cómo? Creando ejercicios que exijan esa concentración, ejercicios en que los jugadores se vean obligados a pensar, a comunicarse entre sí, ejercicios de complejidad creciente que los obligue a una concentración exigente”. De este modo, los tiempos de recuperación no obedecen sólo a la necesidad física, sino también a la mental porque se busca que el futbolista esté “en el juego” los noventa minutos. “El ritmo competitivo –certifica Faria- es una cuestión global y no sólo física”:

¿FUERZA, RESISTENCIA?

Parece obvio que, desde la perspectiva de Mourinho, tiene poco sentido entrenar cualidades puntuales y el entrenador portugués lo confirma: “En vez de desarrollar la ‘fuerza’ de una forma aislada o descontextualizada, lo hacemos a través de ejercicios con características, jugando con el espacio, el tiempo, el número de jugadores y las reglas que les imponemos. Así estamos desarrollando algo relacionado con la fuerza, pero en un contexto mas específico. ¿Cuál es para mí el significado de fuerza en el fútbol? Es tener la capacidad de arrancar, frenar, cambiar de dirección, saltar para cabecear… No utilizo programas individuales de musculación con mis jugadores para mantener o potenciar algunas cualidades, todo lo que hacemos se relaciona con nuestro modelo de juego”. Y un aviso para navegantes: “El gimnasio y las máquinas de musculación son para el departamento médico, para usarlo en la rehabilitación de lesiones”.

Esta metodología le ha comportado críticas notables, en especial en el Inter, pues es conocido el alto nivel de los preparadores físicos italianos. Desde Valdebebas, donde ahora implanta su método, Rui Faria se defiende: “Fuimos criticados por el sistema de trabajo utilizado en el Inter. Por lo visto, nuestra forma de entrenar no permitía trabajar la fuerza ni la resistencia. Y en realidad, tenían razón. No es esa la fuerza ni la resistencia que pretendemos conseguir. Son cosas completamente diferentes, con una especificidad distinta. Pero los resultados hablan por nosotros”. Y añade una imagen más: “No corremos, del mismo modo que quien practica atletismo no juega al fútbol para entrenarse”. Tras pensarlo un poco, perfecciona la metáfora: “¿Ha visto alguna vez a algún pianista correr alrededor del piano antes de empezar a tocar? En nuestra metodología tampoco damos vueltas alrededor del campo”. Queda claro.

SUS EQUIPOS SON REGULARES

Una característica habitual en los equipos de Mourinho es su regularidad física en competición. No son equipos con altibajos, no hay dientes de sierra en sus trayectorias. Rui Faria explica el porqué: “Nuestro objetivo es mantener el equipo durante el periodo competitivo en el máximo de rentabilidad. Lo que existe son niveles de rentabilidad, cuyo objetivo es que no haya grandes oscilaciones durante el periodo competitivo. Se entiende que el máximo de rentabilidad no es el máximo de condición física, sino el nivel de desempeño colectivo e individual. Este es el nivel de rendimiento que Mou intenta mantener a lo largo de toda la temporada”. Hasta la fecha, con acierto.

Como un mantra, Mourinho repite sin cesar que no concibe aislar las diferentes dimensiones del fútbol (táctica, técnica, física y psicológica) pues necesita de todas ellas para conseguir jugar como quiere: es decir, con intensidad máxima durante hora y media, sin pérdidas de concentración. Trabaja todo de manera simultánea, todas las dimensiones interrelacionadas, sin ser separadas para no descontextualizarlas de su forma de jugar. “No creo –insiste- en el fútbol de hoy, en equipos bien o mal preparados físicamente. Hay equipos adaptados o no a la forma de jugar de su entrenador. Lo que buscamos es que el equipo consiga adaptarse al tipo de esfuerzo que exige nuestra forma de jugar”. Si se mira desde este prisma, su Madrid no le falló en el debut liguero en Mallorca por más que los delanteros no acertaran a marcar un solo gol.

Las tesis de Mourinho suenan plenamente acertadas, más allá de si son originales o fruto de absorber las enseñanzas de buenos maestros. Los resultados obtenidos con Oporto, Chelsea e Inter en cuanto a condición física, intensidad en el esfuerzo, regularidad en la plena forma y concentración avalan sus tesis. El rendimiento del Madrid en los próximos meses es el gran examen para revalidar la Periodización Táctica o ponerla en cuestión.

TRES IDEAS BÁSICAS

Como resumen, tres ideas básicas de José Mourinho:

1.- “Cuando veo referencias a las pretemporadas y me muestran imágenes de los jugadores corriendo, trabajando en espacios que no son el campo de fútbol, desde la playa al campo de golf, me pongo a pensar que son métodos superados, por no decir arcaicos”.

2.- “La forma no es física. La forma es mucho más que eso. Lo físico es lo menos importante en la globalidad de la forma deportiva”.

3.- “No sé donde comienza lo físico y acaba lo psicológico y lo táctico. Para mí, el fútbol es globalidad, el jugador también y de ahí que no consiga hacer la división. Yo no hago trabajo físico”.


Cómo ha planificado Guardiola la temporada 2010-2011 del Barça

La planificación general de la temporada que empieza no tiene nada que ver con las dos anteriores en que Pep Guardiola ha ejercido como entrenador del Barça. Los principios básicos que rigen la actual son cuatro:

1.- La pretemporada se alargará hasta el 15 de Octubre para los campeones del mundo.

2.- Primer pico de forma desde el 15 de Octubre hasta 30 de Noviembre.

3.- Período de carga entre 1 de Diciembre y 30 de Enero.

4.- Segundo pico de forma entre 1 de Marzo y 28 de Mayo.

Podríamos decir que este sería el modelo de planificación más sencillo de los tres de la ‘era Guardiola’ si no fuese porque estamos en un curso post-Mundial, siempre complejo y de digestión ardua: con once jugadores que han disputado el Mundial y ocho de ellos hasta el partido final sólo cabían dos opciones: o se quedaban todos sin vacaciones y enlazaban Mundial con pretemporada o cumplían totalmente sus vacaciones e hipotecaban el inicio de curso.

Con toda la razón, Guardiola ordenó que se cumpliera la segunda opción a rajatabla, pues haber suprimido vacaciones habría resultado letal para jugadores con una carga gigantesca de partidos (Xavi lleva 198 partidos consecutivos en tres años). El calendario favorece esta decisión: salvo la Supercopa de España en Agosto no hay más compromisos decisivos en estos próximos meses, pues el Clásico con el Madrid está programado para finales de Noviembre.

De este modo, la dirección técnica ha diseñado una puesta en marcha muy gradual con el objetivo de alcanzar un primer pico de forma a mediados de Octubre que se mantendrá hasta disputado el Clásico. Esta programación permitiría enfrentar a la mayoría de equipos fuertes de la Liga (Valencia, Sevilla, Villarreal, Madrid) entre el 17 de Octubre y el 28 de Noviembre, así como cumplimentar el pase a octavos de Champions en ese mismo período.

A partir del 1 de Diciembre (o el día 8 si volviera a complicarse la fase de grupos) y hasta finales de Enero aparecerán las mayores cargas de entrenamiento, un período que denominamos de ‘piernas pesadas’. Salvo la excepción de la visita al Espanyol, el resto de compromisos ligueros son los menos arriesgados del curso (Málaga, Hércules, Levante, Racing...), no hay partidos Champions y aunque la Copa se iniciará a mediados de Enero dicha competición se afrontará con los jugadores menos investidos de titularidad. Antes de comenzar el mes de Febrero disminuirán progresivamente las cargas y empezará a introducirse de forma gradual el trabajo de velocidad y explosividad con el objetivo de afrontar el sprint final de las tres competiciones con el colectivo en plena forma.

DIVIDIDOS EN 3 GRUPOS

Sin embargo, la realidad alcanza mayor complejidad por una razón evidente: el desgaste previo de los jugadores no es homogéneo: siete de ellos no fueron al Mundial; cuatro cayeron a medio camino; y otros ocho conquistaron el título. Por tanto, hay tres grupos muy diferenciados:

1.- Los que no fueron al Mundial: Pinto, Maxwell, Adriano, Milito, Bojan, Keita y Jeffren.

2.- Los que cayeron a medio camino: Messi, Abidal, Mascherano y Alves.

3.- Los campeones: Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Villa.

El staff técnico ha diseñado un plan específico para cada uno de los tres grupos. El primero empezó a trabajar el 19 de Julio y lleva seis semanas completas de trabajo en las que ha acumulado muchos entrenamientos y también muchísimos más minutos de partidos (amistosos y oficiales) de los previsibles en condiciones normales (Bojan y Maxwell especialmente). En este grupo, los jugadores que más han podido trabajar suman ya nada menos que 30 sesiones de entrenamiento. El segundo grupo llegó poco antes de la gira asiática y su carga de trabajo es bastante inferior (Mascherano incluido), pues ronda las 20 sesiones. En cuanto al tercer grupo, el de los campeones mundiales, el número de entrenamientos no supera todavía la docena.

Con los tres grupos se realiza la misma secuencia de trabajo, pero con el tiempo más o menos comprimido en función del momento de su incorporación. La tipología de entrenamiento no ha cambiado respecto de las últimas temporadas del Barça y está basada en los microciclos estructurados de 3 semanas que ya hemos explicado en diversos informes de años anteriores.

DOSIS MÍNIMA, 20 ENTRENAMIENTOS

Para estar a un primer buen nivel de forma, es decir, el necesario para la fase Octubre-Noviembre, los preparadores físicos Lorenzo Buenaventura y Paco Seirulo han calculado un mínimo imprescindible de 20 entrenamientos continuados, de los cuales un mínimo de cinco jornadas deben ser en doble sesión. Esta dosis se considera suficiente para transformar a continuación, mediante la disputa de partidos, el trabajo en un buen pico de forma. En el caso de algunos jóvenes como Busquets o Pedro se cree poder alcanzar un nivel similar con una dosis algo menor: 15 o 16 sesiones de entrenamiento, a cambio de que disputen más minutos de partidos sustitutorios de entrenamientos.

Con el primer grupo que empezó a trabajar desde el primer día de pretemporada se han podido realizar todas las sesiones programadas y jugar muchos minutos de todos los partidos. Con los del segundo grupo se ha efectuado un término medio tanto en carga de entrenos como en partidos. En este bloque, a Messi, por ejemplo, dada su edad y el haber llegado antes del viaje a China se le ha utilizado más de lo previsto en partidos pese a la carga de entrenamiento que ha realizado.

Con el tercer grupo, los españoles que ganaron el Mundial, se ha trabajado apenas lo que se ha podido y, al mismo tiempo, se les ha intentado utilizar en pocos minutos de partido, creando a su vez dos subgrupos, al margen de Iniesta, que recibió planificación especial: un primer grupo compuesto por Piqué, Busquets y Pedro por juventud; más Valdés porque no jugó el Mundial; y otro formado por Villa, Xavi y Puyol a quienes se ha protegido más, con reducido tiempo de juego y más entrenamientos completados.

ROTACIONES POR CONDICIÓN FÍSICA

El actual nuevo parón por las selecciones rompe radicalmente las cargas de trabajo porque se han ido nuevamente los mismos, los que más necesitan entrenarse. Los beneficiados son Keita y Abidal, que conseguirán recuperar el tiempo perdido y alcanzar a los del grupo 1, pero con los españoles regresa la locura porque habrá que volver a empezar casi desde el principio. En este sentido, la lesión de Puyol es más que trascendente, no tanto por el tiempo concreto que estará de baja, sino porque cuando logre el alta deberá partir absolutamente de cero, lo que retrasará aún más su puesta en forma.

Al regreso de estos dos partidos de selección, para los que el Barça ha pedido a Argentina poco desgaste para Messi, el staff técnico deberá alargar de nuevo el período de carga de entrenamientos y de sesiones dobles: deberán trabajar fuerte y tener poca participación relativa en los partidos para equilibrar el número de entrenamientos y los minutos de juego a fin de reducir las diferencias en el estado de los jugadores.

Habrá, por tanto, mucho protagonismo para Alves, Maxwell, Abidal, Mascherano, Iniesta, Bojan y Keita; algo menos para Busquets, Pedro, Piqué y Villa; y reducido para Xavi en los partidos más inmediatos. Los campeones mundiales se irán integrando paulatinamente a la dinámica de los partidos y a mediados de Octubre todos los jugadores deben haber alcanzado el nivel mínimo de entrenamientos fundamentales (20) y poco más tarde, también la igualdad en participación y minutos totales en partidos.

A partir de esa fecha, primer período clave de la temporada en cuanto a partidos decisivos, las rotaciones ya no serán obligadas por las condiciones físicas dispares y podrán ser puramente tácticas.

LAS TEMPORADAS ANTERIORES

En comparación con la presente, recordaremos en breve cómo se planificaron las dos primeras temporadas de Guardiola en el Barça:

2008-2009: El objetivo fundamental en el debut de Guardiola era clasificarse en Agosto para la Champions por lo que se planificó una salida explosiva en los primeros meses. El equipo trabajó con cargas medias desde el principio, buscando las capacidades más explosivas, lo que permitió clasificarse fácilmente para la fase de grupos de Champions y, de inmediato, también lograr el billete para octavos, destacarse en la Liga y alcanzar el invierno con ventaja en todos los ámbitos. A partir de ahí se incrementó la carga entre Diciembre y Febrero para alcanzar la puesta a punto final en el tramo Marzo-Mayo, donde se sumaron los tres primeros títulos.

2009-2010: El gran objetivo era el Mundial de clubs a mediados de Diciembre. Hubo mucha carga inicial, pese a las dos Supercopas, lo que provocó un inicio difícil en Champions, para llegar en plena forma al Clásico contra el Madrid, los partidos decisivos de Champions y el Mundial de clubs, que se alcanzó con el equipo exhausto. El período de carga invernal se retrasó a Enero-Febrero para desembocar en la plena forma para los tres meses finales de curso.