He publicado hoy este artículo en El Periódico de Catalunya. No cito al autor de la metáfora sobre Guardiola y Mourinho porque no le encuentro, pero la leí durante el fin de semana (si alguien lo sabe, podré citarlo). A las ocho de la mañana, un lector amigo me expresa por mail que la metáfora le confunde: que considera más acertado asimilar a Mourinho con Microsoft que con Apple. Su tesis es que Pep sí es Google y también Apple porque es más avanzado e innovador, en tanto Microsoft apenas innova pues crece a base de compras y adquisiciones tecnológicas, lo que sería más asimilable con Mourinho. Es un debate interesante que puede modificar (o no) la metáfora original. Publico tal cual el artículo de El Periódico y espero comentarios. A final del día publicaré en Twitter cuál es la opinión mayoritaria:
Vuela estos días por la Red una metáfora: Guardiola es como Google y Mourinho como Apple. Pep maneja una perpetua versión beta de su modelo, donde lo preliminar predomina sobre lo definitivo. Si algo no funciona, y a buen seguro algo falla en algún momento, no importa: no hay que disculparse por ello pues forma parte de la filosofía (sic) del autor que se maneja en permanente estado de creación, evolucionando sobre versiones anteriores, quitando de aquí para retocar allí. De corrección en corrección sin la posibilidad de alcanzar la perfección dado que el propio concepto beta lo hace inviable: se trata de avanzar, corregir, modificar, tropezar, buscar alternativas, corregir de nuevo y seguir avanzando. No hay meta, sino camino. El éxito es el camino y la forma de recorrerlo, no la llegada a un punto determinado. Guardiola no tiene una Décima en el horizonte, sino todos los caminos por abrir.
Mourinho es Apple porque fabrica modelos casi perfectos, hermosos en su función, apenas sin mácula. El Oporto desde su modestia, el Chelsea con toda su potencia artillera, el Inter como organización defensiva... productos excelentes de acabado portentoso y sorprendentes, innovadores. Nadie imaginaba que un pequeño club portugués tocara el cielo o que un multimillonario ruso pudiera ser obediente (cierto tiempo), ni tampoco que una mezcolanza rara de refugiados, mercenarios y veteranos se soldara en una idea solidaria para defender un castillo común. Mourinho logró las tres proezas, tres muy buenos productos en su faceta por más que a cada cual le faltara un peldaño para ser excelsos. Como los Mac, el iPhone o el iPad, magníficos pero cada cual con sus yerros, ni Oporto, ni Chelsea ni Inter fueron productos redondos, quizás porque él es un hombre empeñado en la búsqueda de la perfección al contrario que Pep, convencido de que no hay más éxito que el camino por descubrir.
Guardiola y Mourinho son el eje esencial de esta temporada y a su alrededor girará todo. El portugués fabricará un nuevo producto: ha empezado por la organización defensiva, donde está triunfando con facilidad. Le costará más armar la creación, pero tiene buenos jugadores y sólo necesita que la afición le regale tiempo. Florentino y la prensa amiga se lo han dado, al contrario que a sus antecesores. Guardiola está en la enésima versión beta del modelo con la dificultad de que sus hombres esenciales están agotados, heridos y sin preparación. La verdadera pretemporada del Barça aún no empezó y las piezas clave no estarán a punto antes del 15 de octubre, diga lo que diga un entorno nerviosillo y bastante prepotente que ha recibido un zas en toda la boca. Acostumbrémonos: nadie cambiará la filosofía de Google Pep: avanzar, corregir, tropezar, modificar...