A principios de mes explicamos con detalle que la planificación del Barça contemplaba un primer punto esencial: para los campeones mundiales: la pretemporada se alargará hasta el 15 de Octubre, cuando completen un mínimo de 30 entrenamientos, de los que cinco serán en sesiones dobles.
Es decir, esos ocho jugadores que componen (junto a Messi) la columna vertebral del Pep Team sólo están en los inicios de la carga de trabajo. Para entendernos, en un curso normal hoy sería 25 de Julio y no 14 de Septiembre: esos ocho futbolistas habrían llegado anteayer de vacaciones. Guardiola lo acaba de confirmar públicamente. No se trata sólo del virus FIFA (el Barça sólo gana el 25-30% de los partidos post-selección), sino de una combinación letal: temporada post-Mundial, llegada tardía de los campeones (por vacaciones más excursión mexicana), mínimo entrenamiento y nuevo viaje transoceánico.
Xavi y Puyol (entre algodones ambos) prácticamente aún no han empezado a sudar en los entrenamientos. Los otros cinco (Valdés es un caso totalmente distinto) suman una docena de sesiones, más o menos la tercera parte de lo necesario. El Barça está empezando la pretemporada y esa es la causa fundamental de la derrota del sábado. No es la única causa. Nunca hay una sola razón que explique una derrota, sino una suma de factores: el físico, la mente, la fatiga, cómo sopla el viento, el azar, la alineación, los errores propios, los aciertos del rival. Todas estas razones sumadas explican la derrota frente al Hércules.
No podemos observar la alineación del sábado como quien se queda mirando el dedo que señala la Luna. La alineación contenía riesgos, pero esos riesgos tenían su razón de ser: fragilidades de unos, cansancio de otros, lesiones de algunos, protección de varios. No es difícil comprender que Milito no puede sumar partidos cada tres días sin arriesgarse; que Busquets enfrenta miles de minutos por delante y necesita respirar; que Xavi lleva doscientos partidos en las piernas en tres años y sus tendones parecen de harina; que Puyol ni siquiera se ha entrenado todavía; o que los más trabajados sean los más utilizados (Maxwell, Bojan, Adriano, Keita, Abidal). Me chirría que Guardiola coloque a Abidal en el centro de la defensa, donde boquea y se ahoga, y que haga debutar a Mascherano casi sin preparación. Pero le entiendo porque está gestionando unos recursos físicos muy limitados por las circunstancias. No lo comprendería si estuviésemos en Noviembre, pero ahora sí.
¿Qué ocurrirá en las próximas semanas? Que el staff técnico deberá obrar milagros: disputar siete partidos en 21 días combinándolos con cargas fuertes de trabajo y alguna sesión doble. Un sudoku endemoniado. El gran reto de Pep.