viernes, marzo 16, 2007
La magia que llegó del frío
Hemos visto en Donetz una maravillosa tarde de fútbol, en la que el campeón de la Copa UEFA ha logrado mantenerse en la carrera pese a estar contra las cuerdas, agonizante, casi KO. Una obra espléndida de fútbol, con dos actos mágicos: un gol improbable, casi imposible, indescriptible, de Matuzalem; y otro gol inaudito, soberbio, inesperado, de Palop en el minuto 94, arrojadas casi todas las esperanzas. Dos acciones mágicas, de las que te dejan boquiabierto durante minutos, más allá de las repeticiones.
Partido de los que marcan una competición. El Sevilla tenía una papeleta ante el Shakhtar descendido de la Champions y no ha reservado ni una gota de energía o talento, saliendo con todo desde el principio, con Hinkel en el lateral y Alves en el rol del lesionado Navas mientras Maresca y Poulsen protagonizaban el doble pivote. Dominio completo del campeón, que ha acorralado a los ucranio-brasileños a base del talento de Maresca (nuevamente en plena forma) y las combinaciones Alves-Kanouté, aunque con menor juego por bandas de lo que acostumbra el equipo de Juande. Demasiado embotellados por el centro, los andaluces han podido sentenciar en el primer tiempo porque el Shakhtar les esperaba muy atrás, especulando con el resultado, pero todo ha cambiado tras el descanso porque los locales han dado dos pasos adelante y entonces ha llegado la primera obra de arte.
Francelino Matuzalem, 27 años, brasileño natural de Natal, centrocampista del Vitoria de Bahía, Napoli, Piacenza y Brescia antes de aterrizar en la gélida Ucrania, tercera temporada en el Shakhtar, capitán ya del equipo, apellido milenario, juego irregular como el de cualquier brasileño viviendo en tierras frías, Francelino Matuzalem, apenas 1.75, se ha infiltrado entre Javi Navarro y Escudé, diez centímetros más de estatura cada uno, y como no podía batirles por alto lo ha hecho con el “remate del escorpión”, como René Higuita pero a una sola pierna. El centro desde la izquierda no iba bien dirigido y el balón se ha quedado atrás, imposible empalmarlo salvo para un genio. Matuzalem ha improvisado (o no) y en vez de tirar la toalla ha disparado un taconazo fabuloso mientras se lanzaba en plancha y el balón ha descrito una parábola seca sobre Palop. Gol demoledor que parecía echar al Sevilla de la competición.
Ahí ha salido el carácter campeón de este equipo, que en cuatro minutos ha empatado a través de Maresca, pero como el empate no bastaba Juande ha metido a Chevantón y Puerta, el séptimo de caballería desmelenado, 18 disparos a puerta, 13 ocasiones de gol, e incluso se ha reconvertido en Rijkaard apostando por un 3-4-3 desesperado que ha dado resultado, vaya que sí, pero justo el contrario al deseado: otro gol para el Shakhtar cuando ya quedaba muy poquito para el final. Y desde ahí, la agonía sobre el campo hasta que ha llegado Andrés Palop, guardameta, 33 años, toda la vida en tierras valencianas, temporada y media en el Sevilla, casualmente la gloriosa, Palop multiusos, hoy te paro un penalty, mañana te marco un gol.
Minuto 94, último saque de esquina, fin de trayecto para el brillante campeón de la Copa UEFA, lanza Alves. ¿Quién remata? Un hombre vestido de negro y con manos enguantadas al que nadie marca porque nadie le espera, islote solitario en mitad del área, tiempo detenido para que ese guardameta que ha salvado mil goles en acrobacias inverosímiles prepare su cuerpo, retuerza el cuello y conecte de cabeza para salvar al noqueado, meterle en la prórroga (¡cuánto cansancio neuromuscular acumula este equipo!), permitir otro gol de Chevantón y alcanzar los cuartos tras una eliminatoria épica.
Y ahí estará también el Espanyol renacido: 4-0 al Maccabi con golazo de Iván de la Peña, sensación de que la historia se podría repetir, diecinueve años después de que los pericos de Clemente machacaran al Milan de Sacchi y cayeran en la final contra el Bayer Leverkusen. Un Espanyol distinto del campeonato liguero, contundente, fiable y sólido, como si la competición europea le insuflara una marcha más a los jugadores, pero también a Valverde, hoy entrenador, hace 19 años extremo de aquél Espanyol brillante. Anoche no era un Maccabi excesivamente duro, pero tras dominar todo el primer tiempo con facilidad, vertebrados en la solidez de Jarque, el oficio de Moisés y la visión genial de lo pelat, en diez minutos huracanados los blanquiazules han roto la muralla. Se han juntado peloteros de talento y rematadores secos como De la Peña, Tamudo, Luis García y Pandiani y han protagonizado un pim pam pum estruendoso, a gol por cabeza, con Pandiani ya pichichi europeo destacado (nueve tantos). Espanyol llamando a la puerta de su revancha histórica...
Así que Sevilla, Osasuna y Espanyol serán sorteados hoy en cuartos y enfrente habrá una peña de aúpa: el Werder Bremen de Klose; el Tottenham de Berbatov; el AZ Alkmaar de Arbeladze y Van Gaal, que ha dejado fuera al Newcastle pese al 4-2 de la ida; el Bayer Leverkusen de Voronin (Bayer siempre en mitad del camino); y el Benfica de Simao. Copa espectacular.
* El gol de Matuzalem:
Fotos: AP - AFP - Getty - EFE.