
Durante una hora, el líder de la Premier inglesa no ha podido sumar ni cuatro pases seguidos en el centro del campo. ¿La causa? Una presión asfixiante del Liverpool, que ha devorado a los centrocampistas mancunianos y aterrorizado a sus defensas, especialmente a Vidic, un central que lleva una temporada pletórica pero se ha ahogado ante el agobio de Bellamy. En esos sesenta minutos, el 4-4-2 de Benítez ha resultado irritante, insufrible para un Manchester United al que le gusta poseer el balón y ni lo ha olido. El Liverpool ha salido con el mismo equipo que en el Camp Nou salvo Arbeloa, con Riise en el lateral y Mark González de interior zurdo. Presión arriba de Kuyt y Bellamy, Gerrard y González cerrando cualquier incursión por banda, Sissoko de barrendero y Xabi Alonso guardando en todo momento la posición.
A la media hora, Carrick y Scholes se han encontrado sobre el verde de Anfield, se han saludado y recordado que jugaban en el mismo equipo. Pero más que una mejora del ManU lo que ha ocurrido en la última media hora es que el Liverpool se ha fundido físicamente. Desintegrado. Ni Pennant, ni Fabio Aurelio han aportado oxígeno y Benítez ha acabado el último cuarto con los mismos que vapulearon al Chelsea no hace demasiado tiempo en el mismo estadio: con doble lateral zurdo (Riise y Fabio Aurelio), Xabi y Gerrard de doble pivote, Pennant en la derecha y Crouch dando asistencias de cabeza. Es decir, el planteamiento más ofensivo de cuantos maneja el técnico madrileño.


Benítez deja algunos interrogantes abiertos . Ha salido con lo mejor que tiene para intentar vencer y mantener muy arriba la autoestima de sus jugadores, pero el resultado les deja con el morro torcido. Deja también la duda de si el martes jugará con Bellamy o con Crouch. Por lo general, en Anfield lo hace con el gigantón, pero el pequeño galés está en muy buena forma tras sus escarceos golfísticos. Sigo creyendo, por lo visto hasta hoy, que plantará a los mismos que en el Camp Nou, pero con Crouch.
El Bayern recupera

En campo del difícil Hertha Berlín, el Bayern ha mostrado potencia delante y blandura atrás (2-3). Nada nuevo. Hitzfeld ha recuperado milagrosamente a Hargreaves para el mediocentro (novedad contra el Madrid) y dejado a Pizarro otra vez en el banquillo. No se atreve con tres delante (Makaay, Podolski, Pizarro) aunque no descartaría que frente al Madrid optara por esta alternativa si el resultado lo exige. En la Bundesliga la tabla se iguala tras las derrotas de Schalke y Stuttgart y las victorias de Werder y Bayern y ahora son cuatro equipos en seis puntos.
Gas en el campo
A los 52 minutos del derby Saint Etienne-Olympique Lyon, con un 0-3 rotundo (golazos de Tiago y Fred), la policía ha tenido que lanzar gases lacrimógenos contra las gradas en las que aficionados de ambos equipos se disparaban bengalas directamente. El gas ha llegado al césped, provocando molestias en los jugadores, que han tenido que abandonar el campo. Veinte minutos después se ha reanudado un partido de alto riesgo, pero en el que las directivas no habían caldeado el ambiente. Pero los bárbaros no necesitan que les inflamen las glándulas.
Exhibición de Ibra

Fotos: Empics - Manchester United.com - Bundesliga - Inter.it.