Con retraso ya estoy aquí, tras ver los partidos del fin de semana de todos los 'grandes' de Europa, salvo la derrota de un Arsenal al que Wenger parece haber situado al borde del abismo: si se queda fuera de la Champions va a ser difícil que Henry continúe entre los ‘gunners’.
El común denominador es que los ‘grandes’ andan espesos y viscosos, con un fútbol torpe aunque efectivo. Las causas son bastante visibles: un esfuerzo importante en el trabajo físico de entrenamiento; unas ligas prácticamente sentenciadas; un estado anímico algo aletargado; bajas importantes en todos los equipos; y la mente situada en los octavos de la Champions. La suma de estas causas y razones justifican que el fútbol que se ve ahora mismo en las ligas anda muy lejos de la brillantez contemplada en octubre y noviembre.
El Barça es un buen ejemplo: con 13 puntos de ventaja sobre el Madrid; sin Xavi, Etoo, Deco ni Motta; y el Chelsea a un mes vista, el equipo de Rijkaard continúa jugando de memoria y sumando victorias (18 ya), pero está a años luz del fútbol eléctrico que le ha dado prestigio. El Chelsea parece una copia del Barça: ha perdido a Essien y a Drogba; domina la Premier sin rival y ya sólo tiene ojos para el Barça por lo que Mourinho ha hecho debutar a Maniche en cuanto ha podido, aunque por el camino se ha dejado una racha de victorias impresionante y apenas ha empatado (1-1) en Stamford Bridge con el Charlton. El debut de Maniche ha sido brillante en actividad y presencia pero me ha planteado dos interrogantes: ha entrado por Makelele, lo que parece incongruente; y sobre todo ha oscurecido a Lampard. Cuanto más crecía Maniche más empequeñecía Lampard. Sorprendente.
Manchester United y Liverpool han jugado un partido clave de la Premier, decidido en el minuto 92 (1-0, gol de Ferdinand), que ha sido tremendamente farragoso. El Manchester anda de capa caída, vacío en el centro del campo y fiado todo al coraje y talento de Rooney. Muy poco fútbol. El Liverpool, en cambio, cada vez juega mejor... y remata peor. Mejora en el posicionamiento y empeora en el disparo. El Madrid, por el contrario, ha mejorado su posición en el campo aunque frente al Cádiz se atrancó hasta límites sospechosos y sólo una eficacia fantástica en el disparo le permitió resolver un partido encallado.
En Italia, Juve y Milan han decepcionado profundamente. Los de Capello han jugado el peor partido de la temporada... y han vuelto a ganar (2-1 al Empoli, dos goles de cabeza de Cannavaro). Pero ha sido un equipo frío, gris y espeso. Cuanta más fortaleza y robustez se coloca en el equipo mayor seguridad gana, pero la caída de creatividad es estratosférica. Eso sucede con la Juve, conjunto poderoso y cada vez más mecánico y torpe. Pero ahí sigue, líder impecable. Tampoco se dejen engañar por el 0-3 del Milan en campo del Siena: prestación menor de los de Ancelotti, que incluso pudieron perder, pero entre Shevchenko y Kaká sumaron otro triunfo demasiado abultado.
En resumen, Barça, Chelsea, Liverpool, Juve, Milan e incluso Madrid parecen todos ellos guardar fuerzas para la Champions por lo que aún nos esperan cuatro semanas de fútbol espeso y viscoso.