jueves, marzo 09, 2006

¿Y ahora qué?



Ha caído el campeón Liverpool. Ha caído el Madrid del coraje. Y el Bayern de hielo y el Chelsea millonario. ¿Y ahora qué? Nuevas ilusiones para unos y eterno fin de temporada para otros. Barça y Vila-real están ahí y en su horizonte se divisa la ‘armada italiana’ (el Inter aún no ha llegado, pero está en camino si Huntelaar y su Ajax no lo evitan), el temible látigo goleador del Olympique, la fría eficacia del Arsenal y una roca llamada Benfica. Muchas ilusiones por delante, pero también muchos ídolos caídos, muchos proyectos enturbiados (Benítez, Mourinho, Magath...), muchos cadáveres en la cuneta europea.

Al Madrid le esperan tres meses infinitos de agitación y melancolía. Ha salido a Highbury a pelear con coraje, pero ya había perdido el pasaporte en la ida cuando Wenger le recitó a López Caro cómo se plantean los grandes encuentros. El Madrid era mi favorito porque se jugaba la vida. Se la ha jugado y se la ha dejado en el césped. Ha podido ganar y ha podido encajar una goleada. Las dos cosas. Con escaso fútbol, poca coordinación y un juego distinto al que sabe practicar. Con jugadores fuera de sitio o fuera de forma o fuera de peso. O las tres cosas a la vez. Con gente que ya no parece saber donde está el norte del club desde que Florentino hizo estallar un torpedo en sus entrañas. Pero con mucho orgullo para intentar recuperar el terreno perdido. Con épica y esfuerzo, virtudes que al menos compensan la escasez de combinaciones colectivas. Partido emocionante, roto. Arsenal de hielo con su esquema de siempre, fiel al estilo de Wenger, que incluso ha preparado en detalle los rechaces de los corners a favor, colocando a Henry de mediocentro para rebañar los contragolpes blancos (y ha parado tres, nada menos). Madrid acelerado y caliente, pero estrenando nuevo sistema, desconcertante incluso para sus propios jugadores, cuatro laterales en defensa, ningún extremo, noche plácida para el débil Flamini, fracaso grande de López Caro. Nulo en ataque, cerogoles en 180 minutos. Y Henry que sale catapultado de la eliminatoria como un monstruo del contragolpe, la pausa y el zarpazo.



Al Madrid le llega ahora lo más duro: despertar. Tres años de negritud, de caída en el pozo, sin solución conocida. Un presidente que construye un gigante decide marcharse de improviso. Unos dicen que por miedo a las pañoladas, para evitar justamente la amargura actual; otros, porque no aguanta más a sus propios ahijados monstruosos; algunos, porque hay razones empresariales. Da igual. La realidad es que se ha ido en el peor momento y ha dejado solos a los jugadores que fichó, al entrenador que sacó del filial y lanzó a los leones e incluso al sucesor desmesurado que ahora mismo no debe saber en quién apoyarse para enderezar este desvarío. Florentino argumentó que sería un revulsivo y ha sido un cataclismo.

Al Madrid sólo le queda lamerse las heridas y que Fernando Martín construya un nuevo proyecto. ¿Del Bosque y su rancio estilo? ¿Benítez y su inviable modelo? ¿Capello en plena Champions? Pueden ser tres meses muy duros si el equipo no remonta en Valencia o se reivindica en el Camp Nou. Tres meses en que se pidan las cabezas de jugadores caducados de nacionalidades diversas. Tres meses de agonía en este final de ciclo.




Fotos: Ronaldo (Reuters); Wenger y López Caro (AP); Henry (AP), todos ellos en Highbury; Crouch y Carragher en Anfield, en el adiós de los campeones (Getty Images).

Vídeo: Argentina resume así la exhibición de Ronaldinho ante el Chelsea (gentileza de Valechumbar.com)




Referencias
- Faltó efectividad (Real Madrid)
- A great game (Arsenal)
- Abajo el telón, se acabó la función (El socio)
- López Caro, responsable (Futbolitis)
- Arsenal infinitamente superior (De Cos)
- Las confesiones de Pitina (Matallanas)
- El principio del cambio (Trinidad)