1.- ¿Cuánto ha
durado el efecto del puñetazo a la mandíbula del gol de Pato? Tres, cuatro,
quizás cinco minutos. Buena reacción del campeón. A los 10 minutos, el Barça ha
vuelto a ser él mismo salvo en las posiciones defensivas, que no se han
aclarado hasta el 18’, cuando Pep ha ordenado defensa de 3 con Mascherano en
medio como libre para anticiparse.
2.- Milan
defiende por dentro. Regala las bandas. Las ayudas a Zambrotta han durado un
cuarto de hora: después, solo ante Alves. El duelo que debía decantar la
balanza. Pero Alves no es el mismo estando que llegando. Cuando aparece es
desequilibrante, pero si ya está ocupando la posición no posee la capacidad de
desborde de un extremo puro. La balanza por ese lado no se ha inclinado. Las
aportaciones físicas de Alves se neutralizan con su hiperactividad posicional,
que le hace ser prodigioso tanto como inestable tácticamente.
3.- Todo el
partido se ha resumido en un movimiento único: mover en horizontal y en corto
para intentar abrir un pasillo vertical. Bascular y bascular hasta escorar la
nave milanista, con todos por dentro. Pero defendiendo a la italiana, por
acumulación, Nesta es un maestro prodigioso.
4.- Mérito del
Milan centrifugar el juego por el centro para impedir las superioridades
blaugrana detrás de cada línea. Salida de balón con impurezas y mucha
complejidad en la frontal del área italiana: esos han sido los problemas para
Xavi. Cómo saltar líneas muy pegadas entre sí. Ha elegido la solución adecuada:
mecer en el centro y soltar a banda en busca de la resolución. Pero nada ha
llegado por ahí. Las grandes ocasiones de peligro han sido obra de Messi o en
lanzamientos de falta. Acciones individuales, como las del rival.
5.- El de Iniesta
es el tercer isquio que se rompe: Afellay, Alexis e Iniesta. Más la elongación
leve de Adriano. Pero la preparación no ha cambiado ni un milímetro respecto de
otros años. Es una plaga, pero no hay una causa común que la haya provocado. En
el deporte ocurren fenómenos así. Ahora se buscarán las explicaciones más
peregrinas y se echará la culpa a cualquier ocurrencia. Pero la prevención
muscular no ha cambiado ni un ejercicio, ni siquiera un miserable detalle.
6.- Cuarto gol
encajado por el Barça en saques de esquina. Los tres frente al Madrid los
recibió por dejar espacios vacíos en algún palo. El de anoche llegó por el
centro, donde más poblada está la zona. Saltaron los tres más altos (Busquets,
Puyol y Abidal), pero Thiago Silva saltó más.
7.- Nos fijamos
en que la defensa es postiza, pero el problema está más arriba: en la presión.
La defensa, al fin y al cabo, sólo ha concedido dos remates de jugada, la del
primer gol en frío y un segundo disparo blando de Pato. Nada más. Si algo falla
en la defensa es que el balón ha dejado de salir limpio como ocurre con Piqué.
Ahora sale trastabillado y todo el equipo se resiente. El Barça se ordena a través del balón y Piqué es la base del
juego de posición porque saca el balón y cada cual está en su sitio:
Busquets en el centro para dividir, Xavi más arriba para dirigir y Keita en
tercera línea para llegar. Sin Piqué, todos han tenido que dar un paso atrás.
El retorno de Puyol y la inminente de Piqué permitirá recuperar ese paso
adelante y recolocará a todos en su sitio. El problema no son los centrales: es la salida del balón, ordenarse a partir de él, alcanzar la condición física de crucero y presionar arriba.
8.- Lo
problemático es la poca presión arriba, que no es la que ha marcado una época
en el Barça. Sin esa profundidad y tensión, y sin la omnipresencia de Busquets en el centro, la organización defensiva se
resiente. El segundo gol se ha encajado con Puyol, Abidal, Alves y Mascherano
en el campo. Esa no es una mala defensa, precisamente. Pero si arriba no
muerden, abajo padecen.
9.- Ahora
llegarán todas las teorías sobre el fin de ciclo, la falta de hambre, los
problemas de la preparación física, el virus FIFA, las milagrosas razones de
una epidemia de isquios, la falta de centrales (aunque sólo te disparen dos
veces en un partido), y mil más. Bienvenidas.
10.- Dos
cuestiones:
- ¿Por qué
juega Keita de mediocentro? Por tres razones: a) por la ausencia de Piqué y
Puyol, lo que lleva a Busquets atrás para intentar imitar la salida de balón de
Piqué; b) porque Keita es el único con la condición física al 100% y con sus
piernas puede llegar donde no llegan sus compañeros, ser su salvavidas; y c)
porque la temporada es muy larga y Keita se ausentará enero y febrero, con lo
que ahora es su momento, del mismo modo que luego será el de Busquets y
Mascherano. Personalmente, no me convence que Keita ocupe esa posición, pero
estas son las razones por las que la ocupa.
- ¿Por qué el
físico está tan apurado? Porque el Barça siempre plantea los cursos de menos a
más (con la pausa de enero-febrero) ya que las temporadas y los títulos van en
esa misma dirección: de menos a más. Cualquier otra opción es válida, pero
Guardiola siempre ha elegido esta planificación y le ha dado buenos resultados
tres temporadas seguidas.
- Barça-Milan (Champions, 1ª jornada Grupos). 13-Septiembre-2011. Camp Nou. 2-2 (Pato, Pedro, Villa, Thiago Silva)