Para que a Guardiola no le acusaran de prepotente y de ir de sobrado
¿a quién debería haber alineado en Anoeta? Hay bastante gente que tiene
respuesta fácil a esta pregunta: al once de Wembley (con la salvedad de
Piqué, lesionado). ¿Y qué alineación debería presentar hoy ante el
Milan? Imagino que la respuesta es idéntica: la de Wembley (salvo
Piqué). Y supongo que ese once de gala seguiría repitiéndose semana a
semana, partido a partido, sin importar que haya 65 encuentros puestos
en fila india ahí delante, uno tras otro.
Sin embargo, el sentido
común, la planificación deportiva y la sensatez futbolística dicen lo
contrario: ¿Hay alguna fecha mejor para que Messi descanse un poco que
tras la vuelta de un viaje inmenso? Y así podríamos preguntarnos por
todos y cada uno de quienes se sentaron en el banquillo del estadio
vasco; por Abidal, Puyol e Iniesta o por Villa y Mascherano. ¿A qué
viene tanto alardear de plantilla excepcional para acabar reclamando a
los once de siempre? ¿Por qué es ir de sobrado alinear a Valdés, Alves,
Busquets, Xavi, Thiago, Cesc, Pedro y Alexis? Sinceramente, me parece un
rapto de locura pretender que jugar con ocho futbolistas que serían
titulares en cualquier equipo del mundo sea un acto de prepotencia. Y me
parece otro desatino esperar que el entrenador, disponiendo de una
plantilla magnífica, se limite a jugar siempre con los mismos, sin
atender a un principio base del deporte competitivo que es recuperar,
preservar y proteger las fuerzas propias. Parece como si, ante un mal
resultado, todos los beneficios apreciados en las últimas temporadas
sobre planificar las rotaciones, utilizarlas como instrumento de gestión
física y mental y milimetrar los minutos totales competitivos, se
hayan olvidado. ¡Qué memoria tan frágil!
- Publicado en Sport (13-IX-2011)