domingo, agosto 20, 2006

De la metalurgia a la orfebrería


Ha empezado la Premier, el campeonato más espectacular y adictivo, y lo ha hecho con todas las variables de la industria: fútbol metalúrgico en el Liverpool; cerámico en el Arsenal; manufacturero en el Tottenham; de orfebrería en el Manchester United. Veremos qué modalidad nos depara en unos minutos el Chelsea de Mourinho.

Profunda decepción inicial de Liverpool (1-1 ante el ascendido Sheffield) y Tottenham (2-0 en campo del Bolton). No por el resultado, pues Benítez lleva sus tres temporadas empatando el partido inicial, pero sí por la versión futbolística de los ‘reds’: puro fútbol de altos hornos. Sin la menor pizca de talento, chispa ni voluntad de creación. Pelotazos, carreras de pollos sin cabeza, balonazos sin sentido. Una catástrofe futbolística. Benítez ha caminado dos años sobre ese mismo filo, pero hasta ahora los títulos le habían salvado la cara. Esta temporada va a tener que lavar mucho el estilo de su equipo si no quiere cavar su fosa. En cuanto al Tottenham, francamente baste decir que Iván Campo se lo comió con patatas. Campo ha crecido tanto como jugador en Inglaterra que no recuerda en nada al angustiado central del Madrid y él solito se merendó al quinto equipo de la anterior Premier.

El Arsenal parece haberse contagiado del juego de toque del Barça. Gilberto, Cesc, Hleb, Ljungberg y Henry se pasaron el balón mil veces y pretendieron entrar con él en la portería del Aston Villa (1-1), un poco al estilo de lo que Ronaldinho, Eto’o y Messi gustan de ejecutar en muchos partidos. Fútbol cerámico de los ‘gunners’, pero sin remate, asignatura pendiente. Lo contrario que el Manchester, que ha debutado con un puñetazo sobre la mesa (5-1 al Fulham). Impactante estreno, con dos goles de Rooney y uno de Cristiano Ronaldo, olvidada ya la bronca mundialista entre ambos. Pero no dejemos de mencionar un dato trascendente: ha sido regresar Paul Scholes como mediocentro y que el Manchester volviera a funcionar.



P. D.: El fútbol del Chelsea es administrativo. Juegan como quien va a la oficina. Hoy toca partido: vamos a Stamford, nos vestimos de azul, una falta a la cabeza de Terry, un disparo de Lampard, un testarazo de Drogba y a casa a merendar (3-0 al Manchester City). Trámites administrativos, sin pasión ni estímulos. Un equipo que no parece jugar a nada o incluso aburrirse sobre el césped. Pero que dos o tres veces por partido saca los cañones, los dispara y otra vez a merendar. Es justo lo contrario que el Arsenal que juega y juega pero no marca. Va a ser difícil que alguien evite el tercer título consecutivo de Mourinho.

Fotos: Empics - Getty.