El punto de partida táctico
que Mourinho emplea en el Real Madrid esta temporada tiene sus antecedentes en
la anterior y consiste en un principio muy sencillo: 6 jugadores detrás del balón
y 4 siempre por delante. Es un principio genérico que sólo sirve de orientación
sobre la pretensión de Mourinho: mantener unos pilares sólidos por detrás del
balón y permitir que permanezcan siempre descolgados cuatro hombres por
delante.
A partir de esta premisa inicial,
el Madrid que resurge tras tropezar ante Levante y Racing confirma las
evoluciones que iba apuntando y se distribuye en cuatro líneas. Aunque sobre el
campo hay cuatro defensas, tres medios y tres delanteros, la fase ofensiva
merengue se despliega en un 3-3-1-3: en primera línea, Xabi Alonso se incrusta
entre los centrales Pepe y Ramos (salida lavolpiana); en segunda, los laterales
Arbeloa y Marcelo se sitúan a la altura de Khedira, auténtico mediocentro de
posición que juega con el rabillo del ojo sobre Alonso, de quien es su
guardaespaldas; la tercera línea está compuesta por un único enganche o
mediapunta, sea Özil, sea Kaká aunque Di María falsea su posición a menudo a
base de constituirse en pareja de dicho enganche; y la cuarta línea está
formada por los dos extremos, Cristiano y Di María, más el delantero centro.
Naturalmente, este dibujo
sólo se aprecia en momentos precisos. El movimiento constante de las piezas
redistribuye las posiciones: en fase defensiva, se mantienen los seis jugadores
por detrás del balón; pero en la ofensiva, el equipo da varios pasos adelante.
En esa coyuntura, Xabi Alonso se ubica como vértice único que gestiona todos
los procesos. A su espalda sólo quedan los dos centrales. Delante suyo, cuatro
líneas de pase muy claras: a Marcelo y Di María o Arbeloa por fuera; a Özil
(Kaká) por dentro; a Khedira cerca. Arriba, Benzema y Cristiano se ubican
entre laterales y centrales, en posición de doble falso 9, constituyéndose en
los receptores finales de los caramelos que envía Alonso, sean directos o con
intervención mediante de sus colegas intermedios. Hablamos de un despliegue
2-5-3.
HASTA MESTALLA
Hasta que llegó Mestalla y la prensa anunció que había regresado el trivote. Mourinho lo bautizó como triángulo de presión alto. En realidad, Xabi Alonso y Lass como doble mediocentro y Khedira en el papel de mediapunta, pero más alejado de sus atacantes que el clásico Özil, y con instrucciones precisas de presionar la salida de balón valencianista. La variante recordaba al Madrid de la temporada pasada, más replegado que en la actual, con Khedira ejerciendo función doble de enganche y contención. No fue el mejor partido del equipo de Mourinho, quizás porque Lass no mantuvo el rigor táctico y Alonso acabó dedicado a persecuciones individuales.
Hasta que llegó Mestalla y la prensa anunció que había regresado el trivote. Mourinho lo bautizó como triángulo de presión alto. En realidad, Xabi Alonso y Lass como doble mediocentro y Khedira en el papel de mediapunta, pero más alejado de sus atacantes que el clásico Özil, y con instrucciones precisas de presionar la salida de balón valencianista. La variante recordaba al Madrid de la temporada pasada, más replegado que en la actual, con Khedira ejerciendo función doble de enganche y contención. No fue el mejor partido del equipo de Mourinho, quizás porque Lass no mantuvo el rigor táctico y Alonso acabó dedicado a persecuciones individuales.
Llegados al Clásico,
conocemos que Arbeloa se ha resentido de sus problemas musculares y, en
apariencia, el triángulo de presión alto se considera indiscutible entre
personas que afirman conocer lo que trabaja Mourinho. La unión de estos dos
factores situaría a Lass y Coentrao en la alineación titular, aunque no existe
certeza de la posición de cada cual. Hay quien augura que el lateral diestro
será para Lass, donde ya ha rendido bien, situándose Coentrao junto a Xabi
Alonso, ambos levemente por detrás de Khedira. La otra opción es la inversa,
con el portugués en el lateral derecho, como en Gijón, y Lass en el
mediocentro, como en Valencia.
Manifiesto mi
desconocimiento sobre cómo se resolverán estos interrogantes y también el del
delantero titular (me inclino por Higuaín pese a jugar 90 minutos en Ámsterdam).
Y lo mismo acerca de otra cuestión más capital: la intención con que saldrá el
Madrid al césped. En abril, salvo en el primer tiempo de la final de Copa,
regaló el balón a su oponente para replegarse y golpear llegando desde atrás.
¿Hará lo mismo? ¿O veremos una presión alta como en la Supercopa, con los tres
de arriba más Khedira? Personalmente, pienso que hará esto último: apretar muy arriba. Por si acaso, añado el vídeo que preparó el canal del Rayo Vallecano en you tube sobre la
presión ejercida por el equipo de Sandoval en el Camp Nou hace pocos días. Es muy
revelador de lo que sufre el Barça cuando se le aprieta muy arriba de manera coordinada.