sábado, abril 16, 2011

Zugzwang

Existe una situación en el ajedrez denominada 'zugzwang', en la que cualquier movimiento que realice el jugador significará empeorar su situación. Haga lo que haga, su siguiente movimiento equivaldrá a un paso atrás. No necesariamente la derrota, pero sí un paso atrás. El más famoso de los 'zugzwang' se produjo en la partida número 16 del legendario segundo enfrentamiento entre Kárpov y Kaspárov por el título mundial. Aquellas fueron peleas tan memorables como las de Frazier y Alí con los puños o las de Quevedo y Góngora con los versos. Kárpov era el vigente campeón y el marcador le daba ventaja virtual al estar empatados tras quince partidas. Pero aquél día de finales de 1985, después de 25 movimientos beligerantes, y todavía con muchas piezas sobre el tablero, Kaspárov acorraló a su contrincante en un 'zugzwang' angustioso y paralizante. En la jugada 16 movió el alfil a D3 e infligió una lenta agonía a Kárpov, condenado a moverse cada vez en espacios más reducidos, ahogándose en sus propias jugadas. Hiciera lo que hiciera, cada movimiento suyo le perjudicaba más, acercándole al abismo. Posiblemente, fue uno de los momentos más apasionantes de la historia del ajedrez, concluido en la claudicación de Kárpov en el movimiento 40, pero sobre todo por el logro que conquistó Kaspárov: ese día comprendió que jugaba mejor que su rival.

¿Habrá 'zugzwang' en estos cuatro partidos que llegan? Lo considero improbable. Por parte barcelonista, porque el equipo de Guardiola ha alcanzado un estado de madurez insospechado: no sólo ha vencido, sino que ha convencido. Acumula títulos y trofeos, elogios y reconocimiento y, muy especialmente, la convicción profunda de que este estilo de juego, siendo solo un estilo, es el que mejor cuadra a sus deseos y gustos. Este Barça no necesita victorias agónicas para reafirmarse en sus ideas. Las tiene, cree en ellas y las pone en práctica. Vence o pierde, pero no las cambia ni las canjea por nada. Podrá caer derrotado en un partido, en dos o en cuatro, pero no cambiará de filosofía.

También veo improbable el 'zugzwang' madridista: cuatro batacazos de Mourinho, otra temporada en blanco, globo pinchado, la catástrofe... Maravilloso sueño húmedo para los aficionados culés, pero altamente improbable en este nivel competitivo y con este Real Madrid férreo y contundente, poderoso en el galope, rotundo en su fe, fervoroso combatiente. No, el 'zugzwang' merengue no es una situación probable. Más bien, esta "madre de todas las batallas" que viviremos estas dos próximas semanas tiene el aroma del equilibrio táctico y la inteligencia emocional. Después de tanto ruido y tanto grito, es probable que los más discretos y silentes sean los verdaderos protagonistas. Más profesionales que exhibicionistas.