Para intentar esconder sus vergüenzas, la directiva de Joan Laporta ha decidido emprender -cito textualmente- "una campaña para relanzar el sentimiento catalanista del club". Yo les ruego que no lo hagan. No hace falta. A mí no me hace falta y creo que los 135.000 socios y los millones de aficionados del Barça tampoco lo necesitan. Sabemos lo que es el Barça y lo que ha representado durante los años de plomo del franquismo, pero estamos en democracia y su papel hoy debe ser exclusivamente deportivo. Se lo digo a Laporta apoyado en los 18 apellidos catalanes que me pertenecen. Se lo digo a Laporta porque estoy harto que utilice la presidencia del Barça para hacer política barata. "Fer país" ("Hacer país") dijo el viernes que era su objetivo como presidente del Barça. Mire, no. Haga club y deje la política a los políticos.
También el PP ha decidido lanzar otra campaña: contra el proyecto de Estatut catalán. ¡ Qué vergüenza de partido político ! En vez de aceptar discutir en el Parlamento soberano, debatir el proyecto, enmendarlo y hacer política de verdad (incluso aceptando democráticamente el resultado que se obtenga) prefiere publicitar su rencor y seguir extendiendo odio, tensiones y enfrentamiento. Pues tampoco. El PP debería cambiar radicalmente de rumbo: así sólo se va al abismo.