Un pívot de dos metros de estatura protagonizará la semifinal de Champions. No eran esas las previsiones a principios de temporada cuando la profundidad de plantilla del Chelsea se erigía como gran favorita frente a los equipos del toque y la combinación (Barça, Arsenal, Olympique). Pero en ocho meses el fútbol europeo ha dado mil vueltas y ahí está de nuevo el Liverpool llamando a las puertas del cielo a base de mandar globos a la cabeza de su bigardo Crouch. Por lo general se trata de un recurso de Benítez para momentos de apuro, pero esta noche será la táctica universal ante la grave ausencia de Carvalho, el mejor central visitante, y la probable ubicación del pequeño Essien en el eje de la defensa.
El Chelsea se presenta en Anfield sin sus dos refuerzos de lujo: Ballack y Shevchenko. Operado el tobillo del alemán, lesionada la ingle del ucranio, pese a las maledicencias sensacionalistas del “Daily Mail” que le acusan de borrarse de un partido trascendental, lo que ha servido para estimular las ansias conspiratorias del mundo entero, Mourinho llega nuevamente a Anfield con apuros de alineación. Lo hizo en enero hace tres meses y medio, cuando le faltaban Carvalho y Terry y tuvieron que jugar Ferreira y Essien como centrales, barridos, demolidos por alto, lo que arrojó un balance demoledor para el Chelsea, un 2-0 duro construido a base de enviar balones a su pívot celestial. 
Hoy estará Terry para ocuparse de tallo largo Crouch, pero deberán andarse muy prestos Essien, Ferreira y Ashley Cole para cortar todas sus dejadas pues ellas son el auténtico peligro. Crouch apenas cabecea a gol, salvo en ocasiones meridianamente claras. Sin embargo, cabecea tropecientas veces por partido hasta acabar con auténtico dolor de cabeza. En estos casos el juego del Liverpool pasa por la búsqueda pertinaz del pívot para que baje el balón al Kuyt desmarcado o al Gerrard veloz que llega desde atrás, por cierto hoy ubicado en un doble pivote novedoso y sorprendente, sin Xabi Alonso. No hay forma de quitarle el balón por alto a Crouch por lo que la única estrategia posible para el Chelsea pasa por destruir esas asistencias. Si no le quitas el balón, por lo menos anula su asistencia. Makelele y Essien son buenos precisamente en esas acciones.
Robben, otro hombre importante. No juega desde hace muchas semanas y llega a Anfield cogido con alfileres, pero si el Chelsea necesita su velocidad allí estará, junto a Joe Cole y Drogba, los puñales en la mantequilla de Benítez. Ya sabemos cómo las gasta el equipo de Mourinho: se encoge como un gato, agapazado y compacto, bien juntas las líneas, equipo de sufridores, y dispara su lengua camaleónica con una rapidez letal. Será duro el balance post-partido: para Benítez una caída puede suponer otra temporada decepcionante; para Mourinho, el fin de un ciclo.Alineaciones oficiales:
Liverpool (4-4-2): Reina - Finnan, Carragher, Agger, Riise - Mascherano, Gerrard, Pennant, Zenden - Kuyt, Crouch
Chelsea (4-3-3): Cech - Ferreira, Essien, Terry, Ashley Cole - Makelele, Obi Mikel, Lampard - Joe Cole, Drogba, Kalou
Owen, otro
Regresan más cruzados. Michael Owen ha vuelto, diez meses después de su estruendosa lesión. Otra alegría para el fútbol. Quizás nunca volverá a ser tan fiero como fue, pero aún tiene muchos goles que regalarnos.
Ferdinand, Vidic, Gattuso, Maldini.- Cara y cruz. Ferdinand y Gattuso parecen a punto para el Milan-Manchester United de mañana. Vidic y Maldini lo tienen más difícil. Así que la defensa del ManU puede estar formada por O'Shea,. Ferdinand, Brown, Heinze y la del Milan por Oddo, Nesta, Kaladze, Jankulovski.Fotos: Getty - AP - AFP.
