jueves, mayo 03, 2007
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí (*)
A los veinte segundos, Cristiano Ronaldo se ha marcado un taconcito intrascendente y estéril. Diez segundos más tarde, Kaká ha ampliado su gigantesca zancada, se ha ido como ha querido de Vidic y ha disparado a puerta, la primera de las siete ocasiones de gol milanista. En esos diez segundos podría resumirse la diferencia entre el Milan y el Manchester United, pero sería demasiado simplista porque la diferencia ha sido abismal, gigantesca, la de un equipo compacto, de una sola pieza a pesar de sus diamantes (o quizás gracias a ellos), frente a un puñado de muchachos desorientados, agarrotados, buscando ayuda desesperada en un Ferguson atónito y paralizado, estatua de sal en San Siro. El Milan llega a su tercera final en cinco años, balance único e indiscutible. Que nadie argumente casualidades. Este Milan está mayor, pero es un gigante.
Nada en el Milan de Ancelotti es casual. Tiene muchos defectos, pero no es casual. El pasado agosto, mi amigo Daniele me lo decía durante un campus del Milan: “Il Dinosauri sarà a posto nel momento giusto” (no sé si la ortografía italiana es correcta). Era 8 de agosto y el Milan jugaba contra el Estrella Roja la fase previa de la Champions a la que había sido relegado por el escándalo Moggi. Sin apenas vacaciones tras el Mundial, Pirlo, Gattuso, Kaká y Seedorf habían sido embarcados urgentemente para salvar el barco, para superar la depresión en que se hallaba el club tras la sanción.
El Milan parecía un náufrago, pero Daniele me explicó que no era así: “Nuestros jugadores están comprometidos con el club. Ellos salvarán esta situación. Y Ancelotti sabe bien lo que se hace. Ahora toca clasificarnos para la Champions, aunque pagaremos este esfuerzo durante la temporada. Pero el Milan Lab les pondrá a punto para el momento clave y estaremos en Atenas”. Le tomé por insensato, pero esta noche le he escrito a Daniele, que estaba en San Siro: “Tenías razón, amigo. Felicidades”.
El dinosaurio vuelve a estar en la final y vuelve a encontrarse al Liverpool. Habrá tiempo para repasar esa final. Hablemos de la semifinal. El ManU ha recibido una lección magistral en todos los aspectos. ¿Defensa sólida? Ahí está Nesta Imperator, tranquilo, elegante y serio; Oddo y Jankulosvki, dueños completos de las bandas. ¿Centro del campo enérgico? Gattuso estratosférico, rey de la grinta, jugador imprescindible para un equipo que quiera sentirse seguro; Ambrosini, acompañante físico, potente, guardando siempre la posición; Pirlo, arquitecto fino, cerebro privilegiado, metrónomo que controla los ritmos.
¿Creatividad y fantasía? Los dos hombres flotantes: Kaká, el de los pies ligeros y la zancada fluida, futbolista desequilibrante como ninguno, siempre presente en los días clave; y Seedorf, autista a ratos, paseante sobre el césped, ausente hasta que se enchufa y lo dinamita todo con un pase delicioso, un remate eléctrico, un regate rompedor, prestidigitador y fantasista. ¿Competitividad? El Milan sabe competir. No es el mejor, ni el de los jugadores más fenomenales, ni por supuesto un prodigio de juventud, ni ficha bien y es irregular. Pero cuando se trata de competir en un duelo cara a cara, cuidado con los rossoneri.
Lección hasta en los detalles por parte de Ancelotti, excelente lector de todos los detalles del partido ante un Ferguson al que la lluvia ha petrificado. Diluvio sobre Milán desde buena mañana y diluvio sobre las cabezas mancunianas, que a estas horas aún estarán preguntándose qué les ha arrollado de tal manera, para dejarles en tal estado de estupefacción. Ingleses sin recursos ni alma, ¿qué les ha pasado? Il Dinosauri les ha pasado por encima. Llevaba meses preparándose para estar a punto en las fechas oportunas y no ha faltado a su cita.
El fútbol de hoy
Con su tono monocorde, Edmilson ha explicado una gran verdad sobre el fútbol de hoy: “Los de Anfield no tienen los mejores jugadores del mundo, pero son un gran equipo. Tienen mucha eficacia, tácticamente son casi perfectos, son obedientes. El fútbol está cambiando, el 'tiki-taka' ya no se lleva, ahora lo que vale es ser un gran equipo. Y el Liverpool ayer lo demostró”.
*: De Augusto Monterroso.
Fotos: Reuters - AP - La Gazzetta dello Sport - Ansa - AFP.