viernes, mayo 11, 2007

Petardazo descomunal



En el fútbol moderno no se gana sin bajar del autobús y este Barça de Rijkaard lleva meses sin apearse de él, por lo que no puede sorprender que el Getafe le haya corrido a gorrazos con una facilidad pasmosa. De hecho, como han conseguido esta temporada prácticamente todos los rivales grandes e incluso algunos de los medianos. Dijo Txiki Begiristain en el mes de octubre, creo que tras el milagroso empate en Bremen, que sus jugadores aún estaban pensando en la Champions conquistada en París, y algo parecido se ha podido decir durante todo el año. Este Barça vive de los recuerdos, desde el entrenador hasta el último de los jugadores, creyendo que con el trabajo de temporadas anteriores le alcanzaría para seguir paseándose. Pero a base de mirarse en el espejo ha dejado escapar ya la retahíla de títulos a los que aspiraba. Y la sangría aún no ha terminado.

Al Getafe le ha bastado con tener fe e ir a por el partido. El Barça ha salido con armas de equipo pequeño, amarradito muy atrás, regalando el balón, la esencia de su juego. Traicionando su estilo, caricatura de sí mismo, a los treinta segundos ya le ha abierto la puerta a Güiza y desde ahí hasta el 4-0 ha sido un baño getafense, equipo lleno de energía y coraje, espléndidamente armado por Schuster, diez ocasiones claras de gol. Del Barça sólo puede destacarse la buena labor de Jorquera, lo que es todo un símbolo pues el equipo azulón debió acabar el partido con una mayor goleada ante el que todavía presume de ser campeón de Europa y va camino de quedarse en nada.

Histórico triunfo del equipo del sur de Madrid, a un pequeño paso de la gloria copera y también de Europa (Copa UEFA). Triunfo de la ambición (ya demostrada cuando remontó dos goles en el Camp Nou) y la seriedad de este conjunto y de su buen entrenador, capaz de combinar la fuerza y la voluntad, el buen juego y la velocidad. Noche grande en Getafe, que viajará hasta Madrid para su primera gran final. Con todo honor y gloria.

Fotos: AP - EFE - AFP.