lunes, mayo 07, 2007

Pedazo de Guti


Desmontó al Barça en el Camp Nou y rompió anoche al Sevilla en el Bernabéu. Guti, media hora sobre el césped, dos asistencias geniales, un cambio de juego decisivo, presencia rotunda, trascendental. Su equipo jugaba a oscuras, pero llegó él y encendió la luz. Qué digo la luz: los focos. Alves y Kanouté, Maresca y Poulsen, Kerzakhov y Puerta, el Sevilla le había hecho un traje al Madrid. Madrid clásico de Capello: Madrid de hierro y pegada. Diarra y Emerson cada día un poco mejor, pero todavía lejos de su mejor nivel. Cannavaro y Ramos sufriendo, Cicinho y Beckham recuperando viejos y buenos relevos. Madrid al que se le escapan las esperanzas, con la soga de Alves al cuello, pólvora húmeda.

Y Capello acierta con los cambios. No sólo acierta. Acierta mucho. Muchísimo. Mete a Cicinho en banda izquierda para frenar a Alves, lo que a primera vista suena más que raro, y a Guti por Raúl, lo que parece positivo para su equipo. Pero no es positivo: es crucial. Gutiérrez se ubica entre las espaldas de Poulsen y Renato y le quiebra el espinazo al Sevilla. Entre líneas. Dibuja pases milagrosos y los de delante aprietan el gatillo. Van Nistelrooy, Robinho, otra vez RVN (pichichi ya). En todas partes Guti, de frente o de tacón, rompiendo el partido y las ilusiones del triplete sevillano (aunque aún queda bastante tela que cortar). Ni Poulsen, ni Alves, ni Maresca encuentran a Guti, que revolotea como una mariposa para que sus delanteros golpeen como elefantes.

Guti
, eterna promesa, capaz de esta hazaña y a la siguiente de perpetrar una melonada de partido como titular, inconstante y voluble, interruptor de la luz en el Bernabéu. Guti, que transforma un sprint a tres en un mano a mano hermoso, duro, serio y enconado.

Otro que vuelve


Maxi Rodriguez, siete meses fuera, otro de la epidemia de cruzados que regresa antes de acabar la temporada. Cayeron como moscas, pero afortunadamente todos vuelven.

Fotos: AP - EFE.