viernes, diciembre 15, 2006

¿Mejor una Liga europea que la Champions?


La Champions es el acontecimiento cultural más importante que ha conseguido producir la industria europea del ocio. Sin ninguna duda, es el contenido de entretenimiento fabricado en Europa que obtiene mayor difusión universal, audiencias gigantescas en todo el mundo. Un envoltorio espectacular, docenas de partidos emocionantes, excelente fútbol, estrellas rutilantes, estadios preciosos, escenificación majestuosa, la Champions es el gran espectáculo audiovisual de este lado del océano. Naturalmente, tiene defectos y detractores, pero nadie podrá negar sus virtudes y la pasión que engendra.

Veinte segundos de publicidad en la final de la Champions costaron 49.236 euros el pasado mes de mayo en España. Cifras proporcionales en Inglaterra y muy parecidas en cada país que logra tener a uno de los suyos en una final. Centenares de millones de euros publicitándose alrededor de esta gran competición. Esta temporada, Antena 3 vende su espacio publicitario a razón de 27.300 euros cada veinte segundos, desde el inicio de la competición, con abono superior a los 350.000 por los trece partidos. El precio del spot en la final ya ha sido valorado en 53.500 euros. Precios muy altos, justificados por la audiencia. Comparemos con la Superbowl: 130 millones de espectadores en Estados Unidos, 933.000 euros por un spot de 20 segundos. Si lo extrapolamos al universo televisivo español significa un precio de 71.794 euros por spot, es decir, un precio superior al de la final de la Champions, pero no estratosféricamente distinto.

Pero la cuestión es: ¿mejoraría una Liga Europea la actual Champions? A simple vista, sí. Podríamos presenciar todos los duelos que el sorteo de hoy nos negará. Cuando a mediodía, el Barça conozca a su rival (50% de posibilidades de que sea inglés), el Madrid al suyo (66,6% inglés) y también el Valencia, sin duda surgirán comentarios de todo tipo: habría preferido el Milan o el Olympique, el Liverpool, quizás el Bayern, y así sucesivamente. Pero nada de ello ocurriría con una Liga, donde estarían todos los que son. La Liga nos permitiría presenciar cada jornada partidos magistrales entre los grandes colosos europeos. Sería un plato fabuloso, sin respiro ni medianías.

Pero, en realidad, ¿no acabaríamos también saturados de tanto enfrentamiento estelar? ¿No añoraríamos entonces los partidos grises del campeonato nacional, donde los pequeños se crecen y los grandes tropiezan? Confieso que una Liga Europea me fascina, pero temo perder esta pieza de orfebrería llamada Champions.

Que llueva siempre


Mexicanos acostumbrados a jugar caminando frente a barcelonistas empeñados en que el balón corra a la velocidad de la luz. Sobre un césped magnífico y bajo una lluvia constante que convertía la hierba en un acelerador de partículas para el balón. Situación idónea para la exhibición del Barça en el Mundial de clubes. Momentos hubo en que el cuero iba más rápido incluso que las ideas y, por supuesto, que la mirada de los mexicanos. Que llueva siempre.

Fotos: AP - AFP.