miércoles, febrero 08, 2006

Otro Madrid

Con la tenacidad que le caracteriza, el amigo bloggero Molidevent nos ha convencido a todos que los juicios certeros necesitan tiempo y paciencia. Hay que darle partidos y oportunidades a los jugadores y a los equipos antes de certificar el éxito de un esquema de juego, la valía de un delantero o el fracaso de un entrenador. Bien, pues ya podemos hacer un primer balance de López Caro como técnico del Madrid. A simple vista, su trayectoria parece mucho mejor que la de Luxemburgo, pero en realidad es muy parecida a la del entrenador brasileño... de los primeros dos meses. López Caro tiene unos números espléndidos en estos 12 partidos en que ha dirigido al Madrid:

- 12 partidos: 9 victorias, 2 empates, 1 derrota

Pero muy similares a los que tenía Luxemburgo:

- 12 partidos: 8 victorias, 2 empates, 2 derrotas

López Caro ha disputado 8 partidos de Liga y 4 de Copa. En la Liga ha ganado cinco, empatado dos y perdido sólo uno (ante el Racing en el Bernabéu). En Copa ha ganado los cuatro celebrados. Su equipo ha marcado 24 goles y encajado sólo siete, mejor balance que el obtenido por Luxemburgo (23 contra 11). El entrenador brasileño, en este análisis comparativo, había disputado 10 partidos de Liga y dos de Copa, pues fue eliminado por el Valladolid por el valor doble de los goles a domicilio. En los diez partidos ligueros obtuvo 8 victorias y dos derrotas (ante el Athletic en el Bernabéu y en terreno del Depor). En Copa, doble empate frente al Valladolid.

Tres cosas bien hechas

Las estadísticas pueden ser similares, pero no los son ni los planteamientos ni las tendencias. El fútbol tiene intangibles, sensaciones, que ninguna estadística puede reflejar. Luxemburgo fue una gaseosa espumante seguida de una geometría imposible. López Caro es un diesel cargado de sensatez. Ha hecho tres cosas bien: colocar a cada jugador en su sitio; entrenar seria y duramente al equipo; y aprovechar la llegada de sangre fresca y joven. Poca gente ha otorgado credibilidad a esas medidas, pero los resultados avalan sus actos.

Ha colocado a cada jugador en su sitio natural, abierto el equipo a las bandas, con Beckham en su posición y Robinho con terreno por delante; ha ubicado a Zidane donde puede desplegar su magia y a Guti en el lugar de las decisiones. El esquema aún tiene lagunas, como la ausencia de un medio centro de garantías, o las incógnitas por la falta de “pressing” de Ronaldo. Pero el equipo combina bien y desarrolla un juego de alto nivel. No es ajeno a ello una preparación física adecuada, en las antípodas del relax imperante en tiempos de Luxemburgo pero también en la era Del Bosque. Los jugadores están ahora bien entrenados. Y, por último, López Caro ha iniciado calladamente la renovación, dándole la titularidad explícita o implícita a Cicinho, Robinho y por supuesto al indiscutible Sergio Ramos.


A este Madrid, sin embargo, le falta pasar la prueba de jugar contra equipos potentes para demostrar que esta mejoría no es un maquillaje, sino una realidad sostenible. Esta noche tiene su primera oportunidad ante el Zaragoza, que afronta sin Cicinho y quizás también sin Zidane. Empezaremos a comprobar si los síntomas son certeros o titubeantes. Y si López Caro tiene futuro o será simplemente 'ave de paso'.


Referencias
- ¿A qué títulos aspira el Madrid?

Foto: Realmadrid.com