Qatar y agresividad han pugnado a lo largo de toda la semana para convertirse en la palabra más usada en el barcelonismo, pero a mi entender hay un concepto mucho más trascendente porque retrata el estilo de juego del Pep Team. Lo ha empleado Laureano Ruiz en la presentación de su libro ‘Fútbol Profesional y mi modelo de juego’, un compendio de sabiduría y documentación histórica que sólo el gran entrenador cántabro podía escribir. El concepto que empleó quien fue primer inspirador del actual estilo del juego barcelonista fue el de ‘araña’. Habló del sistema que utiliza Guardiola como de una tela de araña que atrapa al rival, le mece y conduce hasta su auténtico objetivo: el gol. Me parece una imagen potente, certera y brillante que debemos anotar en el casillero de este hombre que ha forjado algunas de las mejores páginas de nuestro fútbol.
Profundicemos en la araña. Explica Laureano Ruiz un detalle maravilloso: este Barça es incluso más peligroso cuando pierde el balón que cuando lo maneja libremente. Porque cuando lo mueve desde el inicio de la jugada y toca y toca y produce esa retahíla de pases y movimientos, lo que pretende es desordenar a la defensa rival que, por lo general, se encuentra en las trincheras. Sin embargo, cuando esporádicamente el Barça pierde un balón en ataque se generan dos acciones simultáneas: el equipo contrario busca construir un contragolpe, lo que le obliga a abandonar las trincheras y perder el orden defensivo; y, al mismo tiempo, todos los jugadores blaugrana se lanzan a recuperar el balón, lo que acostumbran a lograr con pasmosa celeridad. La combinación de ambos factores es letal porque se produce una situación inesperada: el Barça vuelve a tener el balón en ataque y la defensa rival está desordenada. Resultado: peligro mortal.
Esta es la tesis que maneja Laureano y que le permite metaforear con el concepto ‘tela de araña’. Si afinamos la idea podríamos encontrar otro término para bautizar al Pep Team: ‘la araña mecánica’, rememorando con ello la legendaria ‘naranja mecánica’ de los holandeses, lo que a su vez cerraría el círculo ideológico entre técnicos y jugadores que han inspirado, entrenado y jugado un mismo estilo: Michels, Laureano, Cruyff, Guardiola, Xavi, Iniesta...
Establecido el nuevo concepto digamos también que la araña no es infalible y que hoy se enfrenta a un gran ‘insecticida’, dicho con absoluto respeto. El Espanyol es bastante más que un simple equipo que juega bien. Es un antídoto formidable por su intensidad y presión, y también por el orden prusiano que mantiene en cualquier circunstancia, justo lo que más molesta a la araña barcelonista. El de hoy no es un partido cualquiera, sino un termómetro de alta precisión.
Profundicemos en la araña. Explica Laureano Ruiz un detalle maravilloso: este Barça es incluso más peligroso cuando pierde el balón que cuando lo maneja libremente. Porque cuando lo mueve desde el inicio de la jugada y toca y toca y produce esa retahíla de pases y movimientos, lo que pretende es desordenar a la defensa rival que, por lo general, se encuentra en las trincheras. Sin embargo, cuando esporádicamente el Barça pierde un balón en ataque se generan dos acciones simultáneas: el equipo contrario busca construir un contragolpe, lo que le obliga a abandonar las trincheras y perder el orden defensivo; y, al mismo tiempo, todos los jugadores blaugrana se lanzan a recuperar el balón, lo que acostumbran a lograr con pasmosa celeridad. La combinación de ambos factores es letal porque se produce una situación inesperada: el Barça vuelve a tener el balón en ataque y la defensa rival está desordenada. Resultado: peligro mortal.
Esta es la tesis que maneja Laureano y que le permite metaforear con el concepto ‘tela de araña’. Si afinamos la idea podríamos encontrar otro término para bautizar al Pep Team: ‘la araña mecánica’, rememorando con ello la legendaria ‘naranja mecánica’ de los holandeses, lo que a su vez cerraría el círculo ideológico entre técnicos y jugadores que han inspirado, entrenado y jugado un mismo estilo: Michels, Laureano, Cruyff, Guardiola, Xavi, Iniesta...
Establecido el nuevo concepto digamos también que la araña no es infalible y que hoy se enfrenta a un gran ‘insecticida’, dicho con absoluto respeto. El Espanyol es bastante más que un simple equipo que juega bien. Es un antídoto formidable por su intensidad y presión, y también por el orden prusiano que mantiene en cualquier circunstancia, justo lo que más molesta a la araña barcelonista. El de hoy no es un partido cualquiera, sino un termómetro de alta precisión.