domingo, octubre 29, 2006
Prepárense para sufrir
Rijkaard propone un fútbol de toque y equilibrio. Capello, un fútbol de actitud y cohesión. Rijkaard propone salir de los embrollos a base de fundamentos tácticos y concentración. Capello centra en una charla colectiva la raíz de sus recientes victorias. Son dos maneras de entender este juego, legítimas ambas, pero bastante opuestas aunque eficaces las dos. Ni Barça ni Madrid mostraron anoche la mejor de sus expresiones, sino más bien un rostro gris, unas formas espesas. Fútbol magmático el del Barça. Displicente el del Madrid. Resultados dulces, pero maquillados, en ambos casos.
El Barça no fue distinto del visto en Stamford o el Bernabéu. Lo que cambió fue el rival. Regresó la ortodoxia táctica con una alineación impecable, el mediocentro defensivo como eje de todas las batallas, las variables previsibles y los cambios adecuados. Quien quiera valorar sólo el resultado verá un Barça arrollador, un Ronaldinho goleador y mucha esperanza para el martes. Quien escarbe un poco observará un equipo que, simplemente, no está en forma. El debate no da para mucho más. Esa baja forma le alcanza al Barça para batir a rivales medios, sobre todo si cuenta con ‘piscinazos’ como el de Gudjohnsen, pero también para sufrir cuando enfrente haya un grande, como el que llega dentro de unas horas a Barcelona. Así que, mientras el equipo se entrena y procede a mejorar su estado, prepárense a sufrir sus aficionados.
Y si al Barça del tiki-taka le falta fluidez, al Madrid de la actitud fiera le falta precisamente actitud. Contra el Nàstic salió como quien ya ha ganado el partido en la charleta previa de Calderón a las peñas. Y cuando quiso darse cuenta, la peña local le estaba bailando. ¿Conjurados en Getafe? En el viaje debieron desdecirse. El Nàstic es un club que tiene un presupuesto total de 4 millones de euros. Es decir, la tercera parte del sueldo base de Beckham. O del de Ronaldo. Con esa tercera parte del sueldo de un suplente del Madrid, el Nàstic paga todos los gastos de toda la temporada, sueldos de la plantilla, viajes, organización de partidos, gastos generales y hasta al camillero.
Quizás por esa razón, el Nàstic salió a morder y el Madrid como quien echa una partida de mus. Y dada la renuncia de Capello a jugar al fútbol (en definición suya propia), el equipo blanco se reduce a la actitud, con lo que tuvo que encomendarse a un rebote y un despiste para remontar la subida. En noventa minutos sólo jugó al fútbol una vez, aunque de forma primorosa, en el gol de Robinho tras mover el balón al primer toque por todo el frente del área local. Quizás Capello les echó otra bronca por esa exhibición...
Dicho todo lo anterior, reconozcamos que los campeonatos no sólo se pelean desde la brillantez, sino también, y mucho, desde los resultados positivos en noches espesas. Que se lo pregunten al Valencia.
P.D. 1: El Milan se está licuando a fuego lento. Ya no juega a nada, como si haber borrado los puntos negativos le hubiese quitado las fuerzas.
Fotos: AP - EFE - AFP.