Los dos mejores equipos españoles de la categoría juvenil son Barça y Espanyol, con notable diferencia sobre el resto. No es baladí. Es la primera categoría profesional y la que preludia el salto definitivo a los filiales, el trampolín para acceder al primer equipo. Ni Barça ni Espanyol tienen equipo C, de manera voluntaria, lo que me parece un gran acierto, pues elevan el listón de la exigencia a sus jugadores juveniles: los que apuntan alto ascienden al filial; los que no son considerados así por las secretarías técnicas, emprenden otros rumbos. Cuatro juveniles del Barça (Unzúe, Castarnado, Palau y Masó) recibieron ayer la baja, veinticuatro horas después de proclamarse campeones de Copa.
Los juveniles no pueden perderse en zonas intermedias: o van para arriba o, simplemente, no llegan, puro darwinismo futbolístico. Como digo, los dos mejores equipos del año han sido Barça y Espanyol. Terminaron empatados a puntos (71) el campeonato catalán y sólo les separó la diferencia de goles en su enfrentamiento particular: cada equipo ganó a domicilio, pero el Barça lo hizo por 0-3 y el Espanyol, por 1-2. Incluso el Espanyol obtuvo una victoria más en el total (22 contra 21) aunque sumó tres derrotas en 30 partidos. La igualdad llevó a ambos conjuntos a enfrentarse de nuevo en la final de Copa del Rey, con victoria blaugrana (2-0). Entre ambas competiciones, el conjunto de Òscar Garcia Junyent conquistó la Copa de Campeones ante el Real Madrid, con memorable exhibición de Rafinha. Así, pues, este Barça del triplete juvenil ha disputado 40 partidos entre las tres competiciones y sólo ha perdido dos, el de Liga ante el Espanyol y uno de Copa frente al Athletic de Bilbao, con un balance de 111 goles a favor y únicamente 37 en contra. Por su parte, el Espanyol de Martín Posse, ha jugado 37 encuentros, ganando 26 y perdiendo únicamente cinco, dos de ellos ante el Barça, con sólo 29 goles en contra, de lo que tiene gran mérito la enjundia de su guardameta Edgar Badía.
Estos dos grandes equipos nutrirán el próximo curso a los filiales. Al Barça B de Eusebio subirán jugadores como Rafinha, Sergi Gómez, Espinosa, Deulofeu, Dalmau y, probablemente, Balliu y Gustavo. Al Espanyol B de Raúl Longhi ascenderán futbolistas como Badía, Carlos Clerc, Gabriel López, Thievy o Pirulo. Pero hay algo que choca: después de una temporada excepcional en el Juvenil, ni Òscar Garcia en el Barça ni Martín Posse en el Espanyol han sido ascendidos a sus filiales, cuyos banquillos estaban vacantes. Posse, incluso, fue invitado a abandonar el Espanyol pese al apoyo incondicional de sus jugadores y a las promesas previas. En cuanto a Òscar, tras haber sido `in pectore' el candidato idóneo para el B, fue descabalgado del Mini en una decisión desconcertante y a día de hoy ni siquiera se ha iniciado la negociación para su continuidad. Alguien juega con fuego.