Hace pocos días, la Junta Directiva del FC Barcelona
certificó la decisión de traspasar la gestión de Barça TV a la productora
Mediapro, aligerando de este modo su plantilla de recursos humanos y reduciendo
6 millones de euros de su cuenta anual de gastos. A cambio, se abren dos
incertidumbres muy arriesgadas. Una para los trabajadores; otra, para el propio
club.
Los empleados de Barça TV serán trasladados a Mediapro,
respetándose sus condiciones laborales, salariales y de antigüedad. Para estos
32 trabajadores, su incertidumbre se basa en el empleador. En estos tiempos de
plomo y frío, están legitimados para pensar que el Barça es una entidad más
solvente que Mediapro por razones sobradamente conocidas. Y que el vínculo
emocional con el club supone un plus de certezas que no existirá con la
productora, que ha visto incrementada su plantilla en 32 nuevos miembros sin
desearlo. Nada ni nadie garantiza que Mediapro no decida producir el canal con
menos recursos humanos (y económicos), lo que sería el paso previo a
desprenderse de algunos de los citados trabajadores, cuya masa salarial total
se eleva al millón de euros anuales.
Para el club, su decisión le genera al mismo tiempo otra
incertidumbre: ¿Adónde irá Barça TV? Hasta la fecha, iba donde quería el club.
Los 32 empleados, en realidad, no son del canal, sino de un departamento mucho
más decisivo de la entidad: el de comunicación. Al externalizarles, la labor que
efectuaban en Barça TV pasa a depender de Mediapro, pero la que realizaban en
otros ámbitos (página web, comunicación general, revista...) puede verse
seriamente hipotecada. Algunas de esas tareas eran de orden estratégico para el
club: por ejemplo, las cámaras de Barça TV son las únicas autorizadas para
grabar parte de los entrenamientos del primer equipo. En noviembre, dichos
contenidos seguirán siendo de uso exclusivo para Barça TV, pero gestionadas y
en poder de una productora privada. Quien dice imágenes de un entrenamiento,
puede decir informaciones sensibles, delicadas o estratégicas. ..
Aunque el club se ha garantizado la supervisión de los
contenidos del canal, no hay que hacer demasiados cálculos para comprender que
Mediapro intentará gastar lo menos posible en producir las mismas horas de
programación. Si hasta la fecha, el canal tenía unos costos anuales de 6
millones de euros (1 en salarios y 5 en producción) entra dentro de lo
razonable que la productora intente reducir al máximo los cinco millones
destinados a la producción, lo que tendrá un efecto indiscutible en la calidad
de los contenidos o el número de partidos del fútbol base que se emitirán, una
de las señas de identidad del canal y del club.
El paso del tiempo nos dirá si estas dos incertidumbres que
genera la decisión directiva (una para los empleados, otra para el propio club)
se convierten en problemas graves. La que hace referencia a la orientación de
un arma tan poderosa como es la televisión y gran parte de la comunicación del
club podría convertirse en un error histórico.
EL PROCESO DE REAL MADRID TV
Al hilo de la problemática en Barça TV es interesante rememorar lo
ocurrido con Real Madrid TV. En la temporada 2004-2005, la empresa Sogecable,
del grupo Prisa, se ocupaba de la producción de la cadena madridista. A raíz de
un programa visto en una cadena portuguesa, Florentino Pérez instruyó al
director de comunicación, Antonio García Ferreras, para reorientar la antena
del club. El programa en concreto que encandiló al presidente blanco fue un
show que presentaban Luis Figo y un mago luso y que contó con la presencia en
primera fila de Raúl González. Entusiasmado con el espectáculo, Florentino
planteó que quería convertir Real Madrid TV en un canal abierto a todo el
mundo, con un programa espectacular en el ‘prime time’ de los viernes para
alcanzar una audiencia de 10 millones de espectadores. García Ferreras añadió
la puesta en marcha de satélites en todo el mundo con tal de difundir dicha
programación.
La conclusión del proyecto fue la ruptura del acuerdo con
Sogecable y la firma de uno nuevo con Royal Media International, filial de
Mediapro. Como objetivo, hacer una televisión insuperable, instrumento de
evangelización madridista, según consta en los archivos de la época. Ese gran
canal universal de televisión elevó su presupuesto anual a 21 millones de
euros. Al mismo tiempo se rodó la película Real Madrid The Movie, saldada con
estrepitoso fracaso pues tras ocho días exactos de exposición en cines hubo
salas en las que no entró ni un solo espectador.
La salida de Florentino Pérez en 2006 redimensionó el
proyecto, que en ámbitos de gestión del club llegó a ser tildado de
“megalomaníaco”. En la temporada 2006-2007, el presupuesto del canal se redujo de
21 a 7 millones de euros anuales, eliminando horas de producción, directos en
plató, satélites repetidores en toda la geografía mundial y viajes para
realizar reportajes. La televisión del club se centró en reforzar sus
informativos y debates y las transmisiones en directo de los partidos del
Castilla. Con el retorno de Florentino a la presidencia de la entidad se
procedió a la modificación del contrato con Mediapro, otorgándole la
comercialización de los contenidos del canal a cambio de que la productora
asumiera los costes de producción, algo similar a lo que acaba de realizar el
Barça. El resultado visible ha sido un empobrecimiento de los contenidos o la
no renovación de contrato a 28 empleados hace unos meses. En estos momentos,
la definición de Real Madrid TV es materia de debate en los órganos de gestión
del club, con posturas opuestas que oscilan entre la reducción del canal al mínimo o el alquiler de
una antena propia en la TDT.
La decisión adoptada por el Barça es de corte parecido: tras un período
expansivo en el que algunos contenidos eran, como mínimo, chocantes, se efectuó
un proceso de ajuste de costes para desembocar ahora en la externalización del canal
y de una parte importante de la comunicación del club. El futuro inmediato nos
dirá si la conclusión de Barça TV se asemeja a la vivida hasta la fecha por Real Madrid
TV.