El clamoroso penalti regalado al Barça servirá para que sus detractores pierdan de vista la realidad, al tiempo que sus defensores argumenten la penosa ‘ley de la compensación’ en base al derribo de Oleguer a Gio transformado también en penalti. Árboles de la polémica que distorsionan el bosque de la realidad futbolística: Rijkaard ha dado un importante paso adelante. Falto de condición física, de frescura anímica y hasta de coordinación en los automatismos colectivos, el entrenador del Barça regresó hace días a los fundamentos y su equipo empieza a crecer. No por el resultado frente al Celta, sino por cuatro aspectos esenciales del juego:
- 1.- La colocación defensiva y las coberturas entre jugadores
- 2.- La presión y recuperación tras pérdida de balón
- 3.- La decisión de establecer el juego en terreno del rival, donde las pérdidas son menos trascendentes
- 4.- El incremento en la velocidad del movimiento del balón
Quedan aspectos por mejorar (la presión de la delantera, la triangulación cerca del área rival, el estado de forma de algunas individualidades...), pero gracias a los fundamentos la gente de Rijkaard ha dado ese paso adelante y tras comportarse como una banda durante muchos meses ha vuelto a jugar como un equipo. No por estado de gracia, sino por orden táctico, impecable en fase defensiva durante hora y cuarto (en el último cuarto, con Gio haciendo locuras y sin mediocentro, todo ha sonado a lotería). Este Barça no está todavía para grandes alardes ni florituras por razones comentadas hasta el hartazgo. Así que a falta de luces, una linterna. Y la linterna se llama posicionamiento, buena colocación, fundamentos básicos, sentido del orden colectivo.
No son armas suficientes para alardear de nada, pues los vicios y defectos arrastrados toda la temporada siguen ahí, con nombres, apellidos y fecha de resolución. Pero son armas más afiladas y efectivas. Un equipo mejor aposentado atrás y con instrucciones precisas para cubrirse las espaldas y evitar las frivolidades. Quizás esa sea la palabra que debamos emplear: Rijkaard se ha puesto serio y ha exigido terminar con la frivolidad. Se acaba enero y está llegando la hora de la verdad.
14 del Inter
Nuevo cabezazo a Materazzi. Zidane ya tiene quien le imite (en lo malo): el centrocampista de la Sampdoria Gennaro Delvecchio ha batido el récord de velocidad y en apenas siete minutos le ha partido la boca a Materazzi de un cabezazo. Le ha partido la boca y también el encuentro (0-2), que ha supuesto la decimocuarta victoria consecutiva de los interistas, plusmarca nunca vista en el fútbol italiano. El próximo domingo, un Inter-Roma con aspecto de final de trayecto para el torneo. Si vencen los de Mancini, el calcio ya tendrá campeón virtual.
Fotos: AP - AFP - Reuters - Sky.