domingo, junio 11, 2006
El talento no tiene límites
La tierra batida es un deporte en el que juega un tenista contra otro y siempre gana Nadal. Permítanme la paráfrasis y el breve dribling al Mundial, pero lo de este chico supera los mejores sueños. Su remontada en Roland Garros tras un inicio catastrófico pasará a la leyenda del tenis.
A otro nivel, pero también a gran nivel ha emergido Robben. El gran ‘chupón’, pero también el gran driblador. El zurdo capaz por igual de romper las cinturas rivales con un movimiento de cejas como la paciencia de Mourinho a base de egoísmo. No es un extremo que deje indiferente a nadie: a los defensas porque les maltrata; a los compañeros porque les hurta el balón. Hombre hecho a sí mismo y con ganas de consagrarse en solitario. Se ata el balón al pie izquierdo y busca entrar en la red enemiga con cuero y todo. Eso exaspera a los rivales, pero también a los amigos, aunque encanta al espectador que descubre en este holandés el talento acumulado durante decenios en ese país que cultiva tulipanes y futbolistas a partes iguales.
Haría bien el Madrid en hacerse con él. No es un hombre de vestuario, pero es un puñal en el césped.
Fotos: AP.